Integrante del Colectivo Machincuepa
Twitter: @Parizmar
A las cinco de la tarde de un soleado domingo
de junio, Plaza Catalunya comenzó a llenarse de los tres colores que
identifican a lo mexicano: verde, blanco y rojo, los símbolos de la esperanza y
la unidad que palpitan en todos los mexicanos, y también en aquellos que, por
una razón u otra, hemos tenido que estar lejos de nuestra patria. Esta vez, en
cuestión de minutos, más de doscientos compatriotas, orientados por las
banderas mexicanas que ondeaban como señal de encuentro, muy pronto formamos
una muchedumbre que en punto de las 17:30 comenzó su recorrido por las calles
de la Ciudad Condal. Padres, abuelos, estudiantes, niños pequeños, toda una
variopinta comitiva atravesó el centro de Barcelona en una manifestación que a
ratos parecía seria y a ratos juguetona, ante el asombro y las risas de
paseantes, ciudadanos y policías.
El motivo de la manifestación, cuya convocatoria
desde días antes había corrido en el ciberespacio, por las redes sociales y de
boca en boca, era uno solo: Apoyar desde Barcelona al movimiento #yosoy132. A
la misma hora, los participantes del movimiento marcharían en la manifestación
Anti-Peña en varios estados de la república, con la finalidad de exigir
transparencia en las próximas elecciones, y democratización de los medios de
comunicación, entre otras peticiones. Una gran cantidad de mexicanos, que
residimos en Barcelona por diversas causas, se sumó a estos ideales del
movimiento 132, y lo hicimos de una manera pacífica y propositiva, hermanándonos
con ellos y marchando a su lado en espíritu.
Con pancartas, carteles y porras
ingeniosas, los manifestantes caminamos
por la Rambla, la calle Ferrán, y enfilamos hacia el Ayuntamiento de Barcelona.
Durante el trayecto, los integrantes de la marcha fuimos explicando a los
transeúntes y turistas (en español, catalán, inglés y hasta italiano) las razones
de la protesta del #yosoy132, y se les alentaba a compartir la información y a
apoyarnos desde los medios electrónicos. También, entre los gritos de apoyo y
porras, de vez en cuando nos organizábamos para cantar “Cielito lindo”, o el Himno
nacional mexicano, piezas que salían desde lo más profundo de nuestras
gargantas y que eran coreadas con profundo sentimiento de nostalgia. Luego, con
indignación y energía volvíamos a las conocidas tonadas “No somos uno, no somos
cien, cuéntanos bien...”, “hospitales,
escuelas, no más telenovelas” o la
famosa canción de los 90 de Molotov Gimme
the power, tan oportuna en esta ocasión.
La marcha culminó en el Ayuntamiento
catalán, ante la mirada curiosa de policías y ciudadanos. Pero para dar el
sello mexicano, un grupo de jaraneros y un extraordinario violinista tocaron
algunas piezas de compositores mexicanos, así como el son del #yosoy132,
escrito especialmente para el movimiento. El evento finalizó con el firme compromiso
de los integrantes de continuar las acciones que el #yosoy132BCN ha orquestado
en territorio catalán para apoyar al movimiento en México, acciones que
próximamente serán dadas a conocer. Por nuestra parte, los manifestantes, en
consonancia con el espíritu de la protesta, seguiremos pendientes de las
elecciones, de la vida política en México, y participaremos activamente en
todos los ámbitos de debate y diálogo que se den, aún cuando nos hallemos tan
lejos de nuestra patria. Consideramos que, al final, ese es el mensaje del
movimiento: la construcción de un país
con la participación de todos. Como se ve, los mexicanos, dentro o fuera del
país, estamos aprendiéndolo, y lo haremos cada vez mejor.
Foto: Enrique RIvero
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