viernes, 29 de junio de 2012

“QUÉ LEJOS ESTOY DEL SUELO DONDE HE NACIDO…”


Por: cris teen-a
Twitter: @unanssprechlich
Colaboradora invitada





dicen que alguien habrá de servirse de los arrepentidos y en este caso, no puedo más que, con toda la pena (sí, en nuestro uso de “pena: vergüenza” y en el uso de “pena: dolor”, que es con el que en este lado del mundo la palabra se halla asociada) que puedo sentir, reconocer uno de los más graves errores que he cometido desde hace… bueno, digamos, toda mi vida: el haber estado en la burbuja del desinterés con respecto a la política, la economía, la situación de antaño y la actual de nuestro, por ahora, lejano país. no es que mis problemas fueran más importantes, es que simplemente, no me concientizaba de la gravedad de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor… y eso que estudié FILOSOFÍA. ya lo sé, es deplorable que lo ponga en esos términos, pues, por muy interesante que pudiera resultarme lo dicho en LEVIATÁN, EL CONTRATO SOCIAL o EL PRÍNCIPE, no conectaba. yo estaba muy contenta leyendo y escribiendo sobre el lenguaje y no, honestamente, no llegué a analizar discursos políticos, como para poder argumentar en mi defensa que tuve algún interés genuino en lo dicho por la gente que “ha estado a nuestro cargo” (por no decir, “cargándonos”). me daba lo mismo, aunque sí llegué a votar en dos ocasiones: en 2006, para las elecciones presidenciales y en 2010, para elegir al gobernador de mi estado, VERACRUZ.

en esta ocasión, es el sistema el que se servirá de esa condición valemadrista “tan principios de 2012” que estuve presentando, pues, por el hecho de no haberme dado de alta a tiempo en el CONSULADO GENERAL DE MÉXICO EN BARCELONA para votar, he ahogado un grito de desesperación, pidiendo ayuda y sobre todo, un cambio, tanto para que esa ayuda se haga llegar, como para que el panorama rojo oscuro que ha ido coloreando los campos y el pavimento de nuestro suelo, vaya recobrando sus tonalidades naturales. no obstante, pienso, aún cuando el reloj haya dejado caer toda la arena que estaba en el depósito superior, las letras me permiten voltearlo al revés y hacer que la arena vuelva a caer, tal vez, un poco, a mi favor. sé que con esto no estoy cambiando ni un ápice de lo que podría cambiar si hubiera votado esta vez, que realmente es una disculpa de las tantas que deberíamos pedirle a MÉXICO por actitudes como la mía, pero, también, por todo lo demás y una manera de hacerlo, es invitando a los lectores que están haciendo lo mismo, es decir, viviendo con el “gane quien gane, vamos a seguir igual”, o en la inopia, o en la indecisión, a alzar la voz mediante el voto, un voto bien razonado y que no esté sujeto a todo el bombardeo propagandístico del que hemos estado siendo sujetos desde tiempos inmemoriales.

sería mucho pedir que ese voto tampoco estuviera sujeto a la tradición familiar de elegir siempre los mismos colores o incluso, a los rostros que nos pudieran resultar más cercanos que lejanos, ni a las promesas en corto de “si tú…, yo…”. me parece que este 10 DE JUNIO, además de haberse llevado a cabo las simultáneas manifestaciones de #YOSOY132, en el debate, tuvimos a los cuatro candidatos en un retrato de cuerpo entero y este espacio no es para escribir sobre cómo los percibí o cómo me hubiera posicionado en caso de haberme encontrado en la casilla que normalmente ponen en la escuela que queda a la vuelta de la casa de XALAPA el 1º DE JULIO o habiendo hecho el trámite necesario para que mi papeleta ya estuviera allí, sino, para decir que, por favor, piensen que una acción tan sencilla como ésta tiene la potencia de encaminar al país a donde nosotros queremos hacerlo llegar o, mejor, de hacer que la utopía se vuelva alcanzable. es algo procesual, desde luego, pero mejorar siempre es un proceso, ¿cierto? entonces, hagamos lo que sea necesario para conseguirlo, aunque, eso sí, con los ojos bien abiertos para ver los posibles escenarios en los que podríamos encontrarnos. y para todos los que se hallen con una frustración similar, es decir, con ese sentimiento amargo generado por la impotencia que nos supone estar tan lejos, el alcance del tiempo y el motivo particular que haya sido… fue una grave equivocación no habernos pronunciado, pero aún podemos hacer algo para remediarlo: informarnos, unirnos y crear conciencia, mas no mediante la imposición de la perspectiva que ahora tenemos por estar a la distancia, sino, favoreciendo al cuestionamiento entre nuestra gente. ése es el papel que a esta clase de arrepentidos nos corresponde desempeñar y considero, debemos cumplir con ello con responsabilidad y compromiso. de ser así, tal vez, sólo tal vez, nuestros gritos de ayuda se verán reforzados por la garganta de los demás y el cambio por el que tanto abogamos desde aquí, pará allá, podría ser fáctico




NOTA: Por indicaciones de la autora, se ha respetado el formato de minúsculas y mayúsculas que ella ha utilizado en el texto. 

miércoles, 27 de junio de 2012

VOTO A VOTO SE CONSTRUYE EL FUTURO



Por: MarthaYlenia
Colaboradora invitada

Si fuera una persona bienpensante, que se ciñe a los datos técnicos y que encuentra confianza y comodidad en los lugares comunes, tal vez sería más fácil para mí encontrar razones para creer que las elecciones del próximo domingo tienen ya resultados inequívocos.         

Afortunadamente no lo soy.

Mientras los opinadores dan por hecho el triunfo de Peña Nieto, yo creo que falta lo más importante: la decisión de la gente. Y antes de que me acusen de idealista -y si me acusan qué mas da-, estoy convencida que ese es el sentido de la democracia.

Otra cosa es creer que el aparato corruptor del PRI está engrasado y funcionando a toda su capacidad. Eso, yo que creo muchas cosas, también lo creo.

Ejemplos sobran. Ahí están los videos en los que se evidencia el pago por comprometer votos, las fotos, las boletas duplicadas, las montañas de chácharas para regalar, el dinero inexplicable, los monederos electrónicos que tendrán depósitos después del 1 de julio, etcétera.

Eso todos los sabemos. Las autoridades electorales también lo saben. Nadie hizo, hace o hará nada al respecto.

Y mi punto es ese.

Las prácticas antidemocráticas en el país siguen redituando en triunfos electorales. Si esto no es una profunda contradicción ideológica y de práctica política, entonces se trata de una democracia marciana. 

El PRI, fiel a su naturaleza dinosáurica, desconoce cualquier tipo de evolución. En consecuencia, nos desconoce completamente como sociedad. De ahí que el surgimiento del movimiento #yosoy132 sea un fenómeno poco menos que paranormal para ellos.

Ahí están Ruiz, Marín, Deschamps, Yarrington, Moreira y Salinas, entre muchos otros, sin haber sido tocados por la justicia o expulsados del partido. El PRI no lo necesitó para ganarse la confianza de mucha gente, porque aún hay quienes no necesitan que un político elegido democráticamente se gane su confianza, sino que “reparta de lo que se roba”. Y esa gente es su base social, su índice de aprobación y su fuerza bruta electoral. Sacarlos de su letargo y de sus urgencias para ofrecerles condiciones de prosperidad (educación de calidad, salud de calidad y trabajo bien remunerado), evidentemente significaría para el PRI un suicidio.


De ganar, sería la confirmación de que tenemos una enfermedad grave como sociedad. Con la mayoría absoluta, sólo tendrá el contrapeso de un gobierno de izquierda en la capital y algunos diputados y senadores. Presidente, legisladores y gobernadores priistas repitiendo la película de hace 70 años.

Si no me creen, tampoco crean que miento. Menos que exagero.

Del PAN y Josefina, a saber: un partido conservador y esquizofrénico, que por un lado defiende el “derecho a la vida” del cigoto y por otro lado emprende una guerra que ha arrojado 60 mil muertos.

Una candidata con un discurso para la mujer de los años cincuenta. Lo más progresista que se le escucha en su agenda mujeril es que tenemos derecho a reconocimiento, trabajo y oportunidades. Yo no tengo una sola amiga que eso no lo sepa ya.

Con sus perlas, falda recta abajito de la rodilla, peinado para no despertar suspicacias, sonrisa amable y tono dulce, Josefina no me representa a mí ni a las mujeres mexicanas que conozco.

No tiene un historial como servidora pública que tenga un solo mérito o una ruptura con viejas estructuras o sistemas. De hecho en su campaña estuvo el funcionario público (Horcasitas) que nunca aceptó ninguna responsabilidad (aunque fuera moral) por los 49 niños muertos en una guardería del Seguro Social, siendo él director de dónde creen: del Seguro Social.

Menos aún, Josefina pertenece a un partido que haya significado un cambio democrático real. La joya de la corona panista son las cifras macroeconómicas. ¿Y? Eso no es ejercicio eficaz de gobierno en un país con 52 millones de pobres.

Y claro, Andrés Manuel.

Cobijado por un partido absolutamente cuestionable por donde lo miren, el PRD. Y otro dos parásitos, PT y Movimiento Ciudadano.

Andrés Manuel cerró Reforma. Uy, muy mal. Aún conozco gente que no lo supera, que eso y no la creación de un nuevo impuesto (IETU), la fuga y empoderamiento del Chapo, o la corrupción rampante en los “festejos” del Bicentenario (Estela de Luz), los tiene indignados hasta hoy día.

¿De los 60 mil muertos y los niños de la guardería ABC ya había escrito, verdad?



Bueno, pues este hombre cerró Reforma porque el IFE no quiso hacer recuento de las boletas electorales para corroborar un mínimo margen de “pérdida” de 0.56% en la elección 2006. Había que aceptar sin chistar el resultado. El voto por voto, casilla por casilla resultaba una petición dogmática para la autoridad electoral. Y no una petición que abanderamos casi dos millones de mexicanos.

Mandó al diablo a las instituciones frente al ataque directo y frontal de todo el sistema en su contra (desafuero, un IFE con un consejero presidente negociado por Elba Esther Gordillo, guerra sucia y abiertamente cínica por parte de la iniciativa privada, etcétera).

Critica la parcialidad de los medios. Y los medios, por supuesto, se revelan a dicha acusación desde su coto de poder monopólico, su arrogancia y su pobreza periodística.

Los tópicos que no pasan de moda –llevo escuchándolos 6 años-, son que es un chavista, un comunista, un robacasas y patrimonios. Que nos va a llevar el carajo con él.

Y yo me pregunto qué es el carajo sino este país como está exactamente hoy.

Ahí está la confirmación del complot, por lo que lo acusaron de paranoico. Seis años después, pero ahí están las cifras y la estrategia a detalle revelada por The Guardian. 

Vi a un Andrés Manuel que no reconoció la corrupción de gente cercana a él (Bejarano, Ponce e Imaz), lo vi emprender la locura de la presidencia legítima, no asistir a un debate, creer que era invencible cuando en realidad era vulnerable como el que más, y finalmente, lo vi, lo vimos, morder el polvo.

Hoy veo a un López Obrador que ha construido un proyecto posible. Y que para ello ha elegido a la gente más preparada. No perredistas, ni petistas, ni con un cargo público está pagando compromisos previamente adquiridos.

Creo en Marcelo Ebrard porque vivo en esta ciudad y he visto su profunda transformación. Espero que la ciudad sea la escala de lo que puede ser el país.

Creo en Juan Ramón de la Fuente porque recibió una universidad en crisis después de la huelga y la supo posicionar de nuevo como la gran institución que es. Si algo vale la pena en esta país, sin temor a equivocarme, es la Universidad Nacional Autónoma de México.

Creo que Manuel Clouthier puede de verdad comprometerse con la legalidad y la transparencia que le urgen a las dependencias de gobierno. 
Creo que en el proyecto de país que encabeza Andrés Manuel, tiene prioridad el combate a la pobreza y a la marginación y no el beneficio de unos cuantos que se hacen inmensamente ricos.

En todos los aspectos me convence el fondo del cambio verdadero porque creo que este país necesita una oportunidad y una transformación. A cambio de mi voto, le voy a exigir un gobierno moderno, plural e incluyente.

Hace unas horas en el Zócalo prometió no más corrupción, economía estable, educación, salud, atención a víctimas del delito y el aprovechamiento y respeto a nuestros recursos naturales. Insistió en no tener compromisos con nadie que deba pagar a costa del pueblo.

Dijo que no nos va a fallar y en la apoteosis del romance, ante casi millón y medio de personas que le gritábamos “presidente”, dijo que amor con amor se paga.

Yo no quiero que me ame. Quiero un país sereno, justo, libre y con oportunidades. Y en su proyecto, encuentro la esperanza de que así sea.

La elección se resuelve el primero de julio con nuestros votos. No antes.

¿POR QUÉ VAMOS A LA SEDE DEL PERIÓDICO "EL PAÍS" EN BARCELONA?


Por: Colectivo Machincuepa
Con información de: Yo Soy 132 Barcelona

Como parte de las actividades para apoyar el voto informado en México, los integrantes del movimiento #Yosoy132 Barcelona realizarán una manifestación pacífica enfrente de las instalaciones del periódico El País. En México se hará una cadena humana alrededor de Televisa y TvAzteca a las 12 del mediodía, mientras que en Barcelona se hará de manera simultánea a las 7pm afuera de las oficinas del diario El País, en protesta por su papel en la cobertura de estas elecciones. Los integrantes nos han hecho llegar este texto en el que explican el porqué de esta movilización:


¿Porqué vamos a la sede de el periódico ELPAíS en Barcelona?

  •     Porque sabemos que el Grupo PRISA, accionista mayoritario de ELPAÍS, tiene un acuerdo con Televisa por el cual posee 50% de Radiopolis, su red de emisoras de radio;   
  • Porque sabemos que dicho acuerdo violó la Ley Federal de Radio y Televisión que establece que las empresas de radiodifusión solamente pueden ser propiedad de ciudadanos mexicanos;
  •  Porque el acuerdo PRISA-TELEVISA representa la forma en que la política mexicana está al servicio de intereses oligárquicos nacionales e internacionales, contando con el beneplácito del ex Presidente Fox;
  • Porque no olvidamos la censura de la mancuerna PRISA/TELEVISA ejercida contra Carmen Aristegui, una de las periodistas más comprometidas con la democracia en México;
  • Porque aún tenemos fresco el recuerdo de que, en una elección enmarcada por la controversia, ELPAÍS declaró en 2006 ganador a Felipe Calderón antes de que el propio Instituto Federal Electoral diera los resultados definitivos;
  • Porque en el 2012 hemos sido testigos de una cobertura parcial por parte de ELPAÍS de la campaña electoral mexicana, siendo evidente el sesgo informativo a favor candidato del PRI Enrique Peña Nieto;
  • Porque ELPAÍS nos negó derecho de replica ante el artículo del priísta Otto Granados (08/06/2012) en el que se presentaba una visión sumamente tendenciosa sobre la coyuntura electoral en México
  • Porque ELPAÍS ejerce una doble moral: Dentro de España se considera un periódico de línea editorial progresista, pero hacia América Latina su línea editorial es dominada por los intereses económicos de sus accionistas.


Por todo esto y por que exigimos una Democracia Real en México, acudimos a la sede de ELPAÍS en Barcelona a decir: ¡BASTA DE MANIPULACIÓN Y DESINFORMACIÓN!


#YoSoy132 Barcelona







¿ADIÓS A LA PRIMAVERA MEXICANA…? A solo unos días de las elecciones presidenciales en México.


 Por: Mayra Flores
Integrante del Colectivo Machincuepa


Estamos a menos de una semana para que termine la primavera, está “primavera mexicana” tan mencionada que marcará sin duda el rumbo de México en las próximas elecciones para elegir al presidente en el siguiente sexenio.

En mis 28 años de vida, yo nunca había visto algo así. Lo  verdaderamente inédito en esta temporada ha sido la intensísima  participación ciudadana. Desde Cataluña y en diversas partes del mundo en los últimos meses, ha habido un gran interés por los sucesos que están aconteciendo en torno a las elecciones en México, lo cual muestra que no por el hecho de vivir en el extranjero existe indiferencia al respecto. Muy por el contrario, ahora hay una profunda preocupación, y fruto de esto una colaboración de la ciudadanía dentro y fuera del país con debates, manifestaciones, concentraciones, colectivos, asambleas, etcétera, que han sido parte de esta primavera que está por concluir.

Cataluña no fue la excepción. Unos días después del calamitoso encuentro de EPN en la Ibero, en Barcelona comenzó a notarse la llamada “Primavera mexicana” con una manifestación masiva en el Ajuntament de Barcelona a favor de AMLO, donde acudieron más de cien mexicanos ondeando banderas y carteles con consignas a favor del candidato .

Del mismo modo, asociaciones como AME (Asociación de Mexicanos en España) y Diógenes realizaron encuestas y un simulacro para ver por quién votarían los mexicanos residentes en Cataluña en las elecciones de este 1 de julio. El resultado fue avasallador, con el 80% a favor Andrés Manuel López Obrador.

Otro evento, realizado el 29 de mayo, fue convocado por la Universidad Pompeu Fabra para estudiantes mexicanos en Barcelona la conferencia del Dr. Arnulfo Valdivia Machuca, titulada “Diálogos sobre México y el voto en el extranjero de sus connacionales” fue programada a las 18:00 horas y a la cual el Dr. Valdivia (Vicecoordinador de Atención a Mexicanos en el Exterior, de la Campaña del Lic. Enrique Peña Nieto) no asistió. Mas esto no fue sino fructífero, ya que  espontáneamente se llevó a cabo una asamblea con aproximadamente 70 mexicanos, que se unieron bajo el membrete de #Yosoy132BCN. Se realizaron acuerdos, se dieron a conocer colectivos y futuros eventos para concientizar a la población que radica actualmente en el extranjero.

Igualmente, el grupo YO SOY 132 Barcelona llevó a cabo la realización de un video para difundir el descontento de los jóvenes ante la manipulación mediática, y para exhortar a la difusión y asistencia a la marcha del día 10 de junio en Plaça Sant Jaume a las 17 hrs. Dicha movilizacón fue todo un éxito pues, con el título “Por un México informado, crítico y con una democracia auténtica”, asistieron más de 200 personas con pancartas, porras, banderas e informando la situación actual del país.

Unos días después, el evento “Si México arde, Barcelona también” se llevó cabo en el centro de Barcelona. Cada participante encendía una vela, demandando simbólicamente con ello una democracia real en México, y exhortando a seguir el debate realizado por el grupo de estudiantes a los candidatos a la presidencia (excepto EPN, el cual no aceptó asistir). A está concentración asistió el escritor Jorge Volpi, después de su conferencia “El caballero de las letras” dedicada a la figura de Carlos Fuentes en Casa América Catalunya, luego de que de forma espontánea una simpatizante del #Yosoy132 Barcelona lo invitara a participar en dicho evento. Volpi se apersonó para encender una vela,  e incluso dirigió un pequeño mensaje con su opinión acerca del movimiento.

Todos estos actos son solo una muestra representativa de lo que se está gestando en México: una nueva conciencia ciudadana. Tal movilización social en el sexenio pasado no hubiese sido posible (y menos aún, estando desde el extranjero) ya que no existía este nivel de hartazgo del pueblo mexicano ante la situación insoportable que en la actualidad se presenta. También es cierto que hace seis años las redes sociales no jugaron el papel central que ahora están desempeñando. Es sorprendente el gran entusiasmo de niños, jóvenes y adultos por manifestar su repudio y desaprobación a un sistema autoritario, así como proponer soluciones a esta situación. Esto es lo primero que hay que defender.

Pero esto no es lo único que debemos proteger: no solo el entusiasmo es suficiente, también es necesaria la participación ya sea por medio del voto, asistiendo a las concentraciones, o con medidas ciudadanas después del primero de julio. Solo así se podrá tener una verdadera comunicación que no obstruya la democracia en México. Que entre todos se puede lograr, eso es lo que he aprendido estas semanas. Desde Catalunya, y como mexicana, me alegro de que nos espere esta tarea de preservar la "primavera mexicana".

viernes, 15 de junio de 2012

LA PRIMAVERA MEXICANA, EL MÉXICO MADURO Y EL MÉXICO PODRIDO

Por: Adolfo Upsset
Colaborador invitado

Uno tiene la impresión, cada vez que vuelve a México, que las cosas no cambian. A nadie se le ocurrió ocultar los cables eléctricos bajo el pavimento, y aún cuelgan como tendederos del progreso desenfrenado. Nadie pensó aún en ponerle límites a los luminosos de neón que invaden las autovías. Ni nadie cayó en cuenta en que la solución no es hacer un segundo piso al periférico, sino ponerle freno al creciente uso del vehículo privado, despidiendo ingentes cantidades de petroleo quemado por el escape. Uno tiene la impresión, cada vez que vuelve a México, que la torre Latino sigue siendo el edificio más alto, por mucho Paseo de la Reforma que exista. Y es que en Tacuba las enchiladas verdes siguen sabiendo a lo mismo, y en Sanborns siguen sirviendo café aguado. Y lo mismo, desde el malecón veracruzano hasta las rocas de Acapulco.

Y eso que México ha tenido la oportunidad, los últimos veinte años, de convertirse en un país del primer mundo. Un crecimiento económico sostenido, y la idea persistente que México ya es una potencia emergente han sido repetidas hasta la saciedad. Dejar atrás aquella etiqueta de "país en vías de desarrollo" fue un objetivo de los dos gobiernos panistas y de los últimos priístas desde que el nefasto Salinas dejara el país en la ruina. México ha crecido económicamente, se ha internacionalizado, y el turismo lo ha enaltecido hasta grado máximo. Los últimos gobiernos priístas y los dos panistas han fijado sus objetivos en el crecimiento económico, en parte conseguido y han errado en el crecimiento social, un fracaso monumental. México no ha sabido gestionar esos valores, fallando en los grandes retos estratégicos del país, y eso lo ha llevado a un atolladero como el actual. 

Un momento en que sectores sociales, desde universitarios hasta campesinos, desde escritores a ganaderos, han iniciado una ardua batalla, llamada "Primavera mexicana", con ánimos de incidir en el panorama político y social, cambiarlo y movilizar los ciudadanos para conseguir, aunque el motivo suene muy utópico, "un México mejor". Colectivos y movimientos como el Yosoy132, el Movimiento por la Paz... revolucionan las redes sociales con mensajes a favor de la paz, en contra de la manipulación, en contra de los mensajes de las grandes televisoras, en contra del candidato priísta... algo que ha sabido aprovechar el candidato del PRD para difundir su mensaje de cambio en los sectores más indignados del país, entre los cuales la juventud universitaria y la intelectualidad izquierdista tienen mucho que decir. Ellos no son la "Primavera mexicana", porque tienen ya un discurso maduro, tostado ya a base de palazos en la calle, lecturas políticas y sociales, asambleas colectivas y argumentos reflexionados. Quizás este México maduro, que votará a su presidente por primera vez, tenga un papel importante en estas próximas elecciones. Pero me parece que no será determinante. Y no lo será con la desacreditación sistemática y supina del candidato que no es de su gusto, sino con una invitación democrática a la elección responsable y reflexionada de aquél que creen que es mejor para sus intereses, y para los del país.

Existe también el México podrido. Aquel México enquistado en todos los partidos, en todos los grupos sociales, en todas las universidades, en la calle y en las empresas, en el campo y la ciudad. Un México anclado en las corruptelas del teje-maneje, de la compra-venta de favores, de la mentirijilla que no hace daño. Un México plagado de favoritismos que mantiene en el poder de los sindicatos personajes de un submundo de novela gráfica. Un México que se ríe de su propio sistema educativo, condenando al ostracismo a las nuevas generaciones de mexicanos y mexicanas. Una clase política con buenos ideólogos, pero con nefastos gestores. Caciques locales, policías corruptos, maestros incompetentes, y un narcotráfico que campa a sus anchas a lo largo del territorio, coaccionando a campesinos, chamacos desgraciados y politiquillos de tres al cuarto. Como Hamlet, algo huele a podrido en México.

Sin embargo, existe en México una gran masa social, alejada de la juventud capitalina y universitaria, que ni usa las redes sociales ni los celulares, que desconoce la buena gestión del PRD en el Distrito en cuanto a limpieza y seguridad, pero que también desconoce la internacionalización de las empresas mexicanas gracias al PAN, o el buen papel municipalista de los gobiernos del PRI. O, si me permiten, las buenas ideas del bigotón de Quadri. Porque todos tuvieron cosas buenas. Y un país democráticamente avanzado debe saber reconocerlo, y cualquier intelectual con dos dedos de frente, sabrá que es verdad. Este es el México del labriego oaxaqueño, de la artesana chiapaneca, del anciano que pasea en San Luis, de la chica que trabaja en el Oxxo de Guadalajara, del médico de un pueblo de Baja California, del alcalde honesto de una ciudad de Tamaulipas, del mariachero de Cocula, del pequeño empresario de Nuevo León, del chamaco del kinder de Culiacán. Un México que va y que viene, que no lee programas de partidos, que vota el que le parece que va a ser el mejor de los malos, el desencantado, el que se preocupa de los frijoles del día a día.

Ellos son la primavera. La primavera que espera, y que vendrá. Ellos son a los que México tiene que convencer.

martes, 12 de junio de 2012

"EL CHOQUE CULTURAL: De Tijuana a Barcelona"


Por: Arlene Orduña Bayliss
Colaboradora invitada
@ArleneBayliss
www.facebook.com/viajeconescalas


“Es cuestión de tiempo, de adaptación, 
poco a poco te convertirás en un camaleón 
y tomarás forma de Barcelona,  no te darás cuenta “
… Me han dicho muchos.


Aún pensando en que puede ser más sencillo llegar de México a España por las aparentes similitudes, como el idioma, la historia conjunta, el legado y unión de uno con el otro; la sensación de no saber en dónde se está parado y tampoco reconocer cómo sería el estar más cómodamente, invadió la segunda semana de llegada.

Lo más parecido a no comprender lo correcto o incorrecto en situaciones comunes y posiblemente cotidianas. Incluso, a veces no reírte de un simple chiste por no entenderlo o por otra parte, no saber si dar tu opinión. Inseguridad.


Desorientación.
Sabes que no perteneces, aunque al mismo tiempo se busca hacerlo, naciendo así  una confusión del cómo comportarse, cuidando las formas por respeto y también por incertidumbre, tratando de ser minucioso para no caer en  comportamientos fuera de contexto o en una mala percepción de tu persona.

Hay quienes al viajar solos, van y vienen solos, comen solos en un restaurante, van solos al cine, solos a tomarse una cerveza, viven mucho más solos que acompañados, o intercambian su soledad con la sociedad… yo no. Disfruto la compañía, platicar caminando, platicar comiendo, compartir una película, un viaje, una charla, no es que tenga una negación a estar conmigo misma (creo);  lo estoy en su momento, pero es más el tiempo que prefiero compartir

Kalervo Oberg ( 1901 – 1973) nacido en Finlandia y después ciudadano estadounidense, fue un Economista y también Antropólogo, pero sobre todo un viajero, fue quien introdujo el término de “Choque cultural” dentro de la antropología, lo hice en su tesis doctoral: La Economía Social de los Indios Tinguit de Alaska.

Este hombre viajero, describe el término choque cultural como un golpe de desorientación, lo compartió por primera vez en una charla con un Club de Mujeres  de Río de Janeiro a quienes les platicaba sus sentimiento hacia la interculturalidad.


Describe al choque cultural en cuatro fases:
1.    Luna de miel: diferencias entre la cultura nativa y la nueva, se ven y viven de forma romántica, atracción por la comida, los paisajes, las calles, la gente, en luna de miel con su nueva tierra.
2. De negación: nacen las diferencias entre culturas, llega la ansiedad y también la desesperación ante el sentimiento de sentirse extraño y ajeno, al  idioma, la higiene, el tráfico, la comida, etc.
a.    Aquí aparece la soledad y la nostalgia.
3.    De ajuste: el desarrollo de rutinas que permiten acostumbrarte a la nueva cultura. Aprender a saber qué esperar.
4.    El dominio de fase: etapa del llamado biculturalismo, que tampoco quiere decir que existe pleno acoplamiento a la nueva cultural.


Ansiedad, confusión, desorientación, es lo que podría describir como las sensaciones que han envuelto estos días: no conocer mi lugar, dudar de mis comentarios, trastorno en los horarios de sueño, es lo que interpretaría como choque cultural.  Recuerdo un día, en el que dormí…un día.

Podría decir que el estatus actual de mi situación, es un intermedio entre la primera y la segunda fase, acepto que el caminar por la ciudad conmigo misma, me brinda seguridad y libertad, pero también una ansiedad de ser ajena al contorno, me desmotiva.

El choque cultural representa una sacudida a la realidad que me envuelve, la que conozco, hoy se presenta una distinta, la de Barcelona, España, con un panorama abierto a la diversidad, movilidad y dominio. Una realidad a la que no termino de entender, si en teoría, pero no en la practica. En el día a día que te hace sentirte cómoda por la calle. Más allá del descubrir las novedades.

 El choque, ¿sigue siendo choque? 

Los cambios forman parte del pasar del tiempo, del proceso de adaptación, de caminar con menor titubeo, con mayor seguridad al tener una dirección y saber qué camino tomar para llegar; un nivel más elevado de seguridad que se traduce en comodidad, en un respiro al sentir que lo importante, se tiene. A dos meses, la escala en Barcelona, ha tomado forma, como camaleón.


El desenvolvimiento paulatino
Los sábados son los días en los que camino cuatro cuadras para llegar al  Mercadona, ahí compro: carne, pollo, atún, sardina, café, quesos, embutidos ( carnes frías), leche, vino,  servilletas, shampoo, y nutella; al regreso, a una cuadra está la frutería, ahí, la parada es por: manzanas, naranjas, plátanos, duraznos y fresas; además de cebolla, papa, espárragos, lechuga, tomate, calabazas y zanahorias. Dos cuadras más y está la panadería, en una esquina, la cual, atienden señoras con un mandil y un sombrero de color blanco, llenas de harina. Con menos de 3 euros compro una chapata cortada y un croissant de chocolate. Una actividad que ha sido de sábados, porque en España, los domingos el comercio cierra.  

Parada sobre Rambla de Cataluña, dejando el café Zurich atrás, está el bar de la Oveja Negra, un lugar al que llevaré a quienes vengan de fuera. De la Sagrada Familia a Plaza Cataluña, el centro, son caminando unos 30 o 35 minutos, pasando por la glorieta Tetuán que cruza Gran Vía, Paseo de Gracia y bajando con sentido al mar, cruzo barrios de chinos o pakistaníes. Barcelona es como una hoja cuadriculada, no te pierdes. En mi caso, bajo en zigzag hacia el centro, aunque pudiera hacerlo en línea recta. Fuera de eso, evito caminar por Rambla Cataluña. Se satura de gente.


Ubicando barrios
En el Barrio el Raval, sobre la rambla, está un lugar de comida turca de nombre Kilim, venden kebabs que van perfectos con una cerveza Estrella y después, la mejor opción es terminar con un café. A unos metros está el “Gato” de Botero, expuesto de manera temporal antes de ser donado y trasladado a Colombia.  A pocas calles, está la Filmoteca Cataluña, en el centro de una plaza rodeada de prostitución, tendederos en todos los balcones, árabes caminando por la calle con la mirada en todas partes, te buscan los ojos; por 4 euros, o 2 euros con credencial de estudiante, dejas de lado el cine comercial que llega a los 8 euros sin subtítulos, a un cine de arte, historia, creatividad y visiones apegadas a una realidad social, de una u otra forma.

La desorientación pasó a pequeñas dudas que culminan cuando se da paso a la lógica, al razonamiento. La ansiedad ha cambiado de sentir intimidación, a sentir curiosidad, ya no camino pensando en no perderme, camino y llego sin darme cuenta. Dejé de ser más explicativa en mis conversaciones, para evitar expresiones regionales, a decirlas cuando así me naciera, esperando una familiarización con el lenguaje de forma mutua, compartida. Escuchar a un español intentar expresar una grosería mexicana es de lo más disfrutable. Y es agradable sentir empatía ante palabras o expresiones “mexicanas”.


El catalán y las tapas.
La lengua catalana no ha sido un obstáculo, creo haber dado, en más de una ocasión, una respuesta en castellano a una frase en catalán.  Entre catalanes, hablan catalán, no me molesta que lo hagan enfrente de mi, sabiendo que no lo entiendo, quiero pensar que buscan me familiarice, yo soy la que viene de fuera.  Aún, no tengo claro su regionalismo, la defensa de identidad los caracteriza; pero,  si algo he encontrado, es sinceridad de trato. Son claros en sus opiniones y las expresan sin empacho. Saben que son una comunidad autónoma, que son importantes como región, pero no son independientes, y esa actitud, la refleja la unión entre catalanes, por formar parte de la comunidad. Se fortalecen entre ellos mismos.  

La dieta mediterránea, o mejor dicho, a la que tengo alcance, ha sido la adopción total del pan con tomate, con chapata específicamente, sin duda, el risotto llegó para quedarse, además de comer con mayor frecuencia sardinas y pescado, ya puedo identificar los buenos y no tan buenos kebabs entre los tantos puestos de comida de este tipo. El café se volvió ritual matutino con su respectivo crossiant de chocolate o una rebanada de chapata con nutella. No dejo al final a la pasta, los embutidos y claro, los montaditos y las tapas.

Consciente o no, buscando o adecuándome a una rutina, una familiarización con el entorno que permita hacerme sentir con cierto dominio, el necesario para moverme y expandirme; es la fase tres de Kalervo Oberg, la fase de ajuste, en donde el desarrollo de rutinas permite acostumbrarte a una nueva cultura. Aprender a saber qué esperar. Saber dónde estoy parada. No estoy en Tijuana,  se me mover, dónde cenar, dónde buscar, las zonas, el movimiento, la dinámica de la ciudad; en un terreno nuevo, me volví niño en preescolar. Caminas, encuentras, descubres, preguntas, entiendes. Te sueltas. Caminas despacito al principio, de una silla a otra, hasta que de pronto atraviesas un cuarto, luego la casa… 



lunes, 11 de junio de 2012

“SI MUERO LEJOS DE TI…” Reseña de la marcha en apoyo a #yosoy132

Por: Paula Arizmendi Mar
Integrante del Colectivo Machincuepa
Twitter: @Parizmar


A las cinco de la tarde de un soleado domingo de junio, Plaza Catalunya comenzó a llenarse de los tres colores que identifican a lo mexicano: verde, blanco y rojo, los símbolos de la esperanza y la unidad que palpitan en todos los mexicanos, y también en aquellos que, por una razón u otra, hemos tenido que estar lejos de nuestra patria. Esta vez, en cuestión de minutos, más de doscientos compatriotas, orientados por las banderas mexicanas que ondeaban como señal de encuentro, muy pronto formamos una muchedumbre que en punto de las 17:30 comenzó su recorrido por las calles de la Ciudad Condal. Padres, abuelos, estudiantes, niños pequeños, toda una variopinta comitiva atravesó el centro de Barcelona en una manifestación que a ratos parecía seria y a ratos juguetona, ante el asombro y las risas de paseantes, ciudadanos y policías.

El motivo de la manifestación, cuya convocatoria desde días antes había corrido en el ciberespacio, por las redes sociales y de boca en boca, era uno solo: Apoyar desde Barcelona al movimiento #yosoy132. A la misma hora, los participantes del movimiento marcharían en la manifestación Anti-Peña en varios estados de la república, con la finalidad de exigir transparencia en las próximas elecciones, y democratización de los medios de comunicación, entre otras peticiones. Una gran cantidad de mexicanos, que residimos en Barcelona por diversas causas, se sumó a estos ideales del movimiento 132, y lo hicimos de una manera pacífica y propositiva, hermanándonos con ellos y marchando a su lado en espíritu.  

Con pancartas, carteles y porras ingeniosas, los manifestantes  caminamos por la Rambla, la calle Ferrán, y enfilamos hacia el Ayuntamiento de Barcelona. Durante el trayecto, los integrantes de la marcha fuimos explicando a los transeúntes y turistas (en español, catalán, inglés y hasta italiano) las razones de la protesta del #yosoy132, y se les alentaba a compartir la información y a apoyarnos desde los medios electrónicos. También, entre los gritos de apoyo y porras, de vez en cuando nos organizábamos para cantar “Cielito lindo”, o el Himno nacional mexicano, piezas que salían desde lo más profundo de nuestras gargantas y que eran coreadas con profundo sentimiento de nostalgia. Luego, con indignación y energía volvíamos a las conocidas tonadas “No somos uno, no somos cien, cuéntanos bien...”,  “hospitales, escuelas, no más telenovelas”  o la famosa canción de los 90 de Molotov Gimme the power, tan oportuna en esta ocasión.

La marcha culminó en el Ayuntamiento catalán, ante la mirada curiosa de policías y ciudadanos. Pero para dar el sello mexicano, un grupo de jaraneros y un extraordinario violinista tocaron algunas piezas de compositores mexicanos, así como el son del #yosoy132, escrito especialmente para el movimiento. El evento finalizó con el firme compromiso de los integrantes de continuar las acciones que el #yosoy132BCN ha orquestado en territorio catalán para apoyar al movimiento en México, acciones que próximamente serán dadas a conocer. Por nuestra parte, los manifestantes, en consonancia con el espíritu de la protesta, seguiremos pendientes de las elecciones, de la vida política en México, y participaremos activamente en todos los ámbitos de debate y diálogo que se den, aún cuando nos hallemos tan lejos de nuestra patria. Consideramos que, al final, ese es el mensaje del movimiento: la construcción de un  país con la participación de todos. Como se ve, los mexicanos, dentro o fuera del país, estamos aprendiéndolo, y lo haremos cada vez mejor. 

                                                                                      Foto: Enrique RIvero

miércoles, 6 de junio de 2012

CAMBIO DE PLANES: LA ESTRATEGIA FALLIDA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Por: Enrique Rivero Ojeda (UAB)
Integrante del Colectivo Machincuepa
Twitter: @enrio3000


"Oleadas de entusiasmo por un producto 
determinado, sostenidas y promovidas 
por todos los  medios informativos,
se propagan de este modo a gran escala."  

Guy Deborg


Para nadie es un secreto que el mundo contemporáneo se encuentra atravesado —si no es que constituido— por sociedades de consumo. La creación de necesidades, los estándares estéticos, las tendencias y los valores, provienen de un formato que ha sido estructurado magistralmente por el capitalismo. Todo se promociona, se anuncia y se vende. Esa es la finalidad de un producto en un mundo globalizado. Incluso esto sucede dentro del ámbito político. Los “alquimistas” de las campañas políticas saben del poder que anida en el terreno mediático. Un candidato puede ser erigido como la mejor opción a partir del impacto de los medios masivos de comunicación, del mismo modo que puede ser destruido por ellos mismos. El cuarto poder se convierte en el primero a través del botón de encendido de un televisor.

La manipulación ejercida por los mass media se ampara en la falta de información alternativa de un sector amplio de la población. Las nuevas herramientas, como las redes sociales y el internet, aún están restringidas en nuestro país. No obstante, hay quienes  han encontrado en estos medios una veta más aguda para obtener información de manera rápida y más objetiva. Éste es el nuevo terreno que pisa el sujeto contemporáneo, y del que puede valerse para tener una participación más clara y palpable en el mundo. La parafernalia que se tiene a la mano puede ser un medio para alejarse de la alienación y de las sociedades del espectáculo. El individuo cobra mayor injerencia en un mundo que lo tenía condenado a la pasividad y a la repetición de patrones.

Veamos una muestra de estas nuevas posibilidades. El proceso electoral en México había parecido tranquilo y sin sobresaltos. Los medios de comunicación tradicionales aparentaban haber hecho bien su trabajo. El candidato del PRI parecía ir a la cabeza de la contienda electoral, y a nadie parecía extrañarle. Pero con el paso del tiempo, él mismo fue evidenciándose al cometer una serie de errores que tuvieron repercusiones públicas irreparables.

Lo sucedido en la FIL de Guadalajara alertó a la población acerca del candidato del PRI a la presidencia, y desde entonces ha ido acrecentándose el foco en su figura. La materialización de  su verdadera estatura se hizo explícita el pasado 11 de mayo (el día 132 del año) en la Universidad Iberoamericana. La protesta de los jóvenes ante un candidato mediático, cuya imposición era francamente descarada, despertó la conciencia de numerosos sectores con deseos de justicia y honestidad.

Fue a partir de este evento que los estudiantes se dieron cuenta del impacto que las redes sociales podían llegar a tener. Manifestaciones, protestas, pronunciamientos, y la organización de jóvenes universitarios de todo el país, mostraron claramente la demanda generalizada por un país verdaderamente democrático. Esto es algo de lo que sin duda fue causante la opacidad de los medios de comunicación: sin este vicio casi estructural, tal vez la sociedad civil no se habría organizado para protestar y demandar mayor objetividad y un proceso electoral transparente.

Parece extraño que lo que comenzó de manera casi fortuita haya desencadenado todo una serie de movilizaciones. Mas el azar no es el causante de este germen social (germen que amenaza con expandirse y con posicionarse como cancerbero antes, durante y después de las elecciones): es el hartazgo y la urgencia de apostar por una realidad más justa y equitativa lo que explica su origen. Queda evidenciado que los levantamientos y protestas de inconformidad no son exclusivas de los llamados “pobres” o “marginados”. No en vano se cuestiona José Luis Pardo: “ ¿Por qué jóvenes bien alimentados y con razonable poder adquisitivo se rebelan contra la sociedad…? ¿De qué se quejan si ya lo tienen todo?”[1] Pareciera ser que las nuevas generaciones serán capaces de atravesar el ámbito individual y preocuparse también por la esfera colectiva. Esto el tiempo lo dirá.

Lo sucedido en la Iberoamericana nos conduce a hacer otros análisis, nuevos diagnósticos que respondan a estos cuestionamientos. Por mi parte, quiero creer que estas protestas son muestra de algo más, que nos hemos dado cuenta como sociedad de que es necesario mirar al otro, que hemos notado nuestras carencias como sujetos y como comunidad, y que estamos apostando por ser más libres, más equitativos, más solidarios. Creo que empezamos a ser conscientes de las diferentes realidades que existen en nuestro país: confío en que no nos conformaremos sólo con comprenderlas.

Estamos a poco menos de un mes para las elecciones en México. Y más que nunca, ahora debe ser decisiva la participación ciudadana para evitar irregularidades. Independientemente de la tendencia política que se tenga, es imperativo que la sociedad civil contribuya para procurar una votación nítida.  Está en juego el destino de una nación, que no es poca cosa.

Quizás los medios nos quieran vender al candidato que más les conviene. No obstante, en nosotros está la responsabilidad de elegir el sendero por el que queremos llevar al país. Es el tiempo de la participación civil, del compromiso social, del activismo respetuoso, pero enérgico. Es el momento esperado por todos: no hay pretextos para no participar, debatir, proponer.  Los mass media pueden ser el cuarto poder, incluso haber querido ser el primero, pero se toparon con pared. No esperaban que las “masas” descubrieran su juego, que les quitaran el disfraz, que aniquilaran su estrategia. Los papeles se han volteado: el poder es nuestro. Sin embargo, no se trata de sacar ventaja o de buscar revanchismos intrascendentes. Debemos apelar a un poder consciente, deliberativo, honesto y justo.

Por todo lo anterior, no diré: #yosoy132. Diré mejor: Es el momento…



[1] Debord, Guy (2010). La sociedad del espectáculo. Valencia: Pre-Textos.  

domingo, 3 de junio de 2012

¿DE QUÉ ES RESPONSABLE EL NO-VOTANTE?


Por: M.V.
Colaboradora invitada


No tengo francamente idea de cómo asumir, menos aún de cómo responder a esta pregunta. Sé solamente que plantearla ahora es urgente y trataré, en todo caso, de mostrar su apremio en el hilo de situaciones ejemplares y coetáneas, la del si-votante y la de un abstencionista –¿abstemio?—. En la primera situación –el sí votante— tenemos una diversidad de casos posibles, pero quizás tres principales, uno, el de un hombre de mediana edad, habitante de Tapachula (por ejemplo), padre de familia y cuñado de uno mejor conocido como “el chino”, que está aspirando a un “hueso seguro” –en caso de que gane el PRI– en el gobierno municipal.  

Es lo que podríamos llamar, el primer caso típico de un votante rehén. En esta categoría –la de la primera situación— están también los que votarán por tradición y por el PRI; porque durante años su familia ha votado por el mismo partido y la verdad es que no les ha ido nada mal. Y no es que cuando dejaran de hacerlo, para votar por ejemplo, por el PAN, les fuera mal. Ocurre más bien que han oído, cercana o lejanamente que el asunto de la violencia está cada vez peor, y que antes, al menos con el PRI “no había tantos muertos”, pero bueno, la verdad es que eso lo saben de oídas –se han enterado en la tele— porque en el pueblo, en el municipio, en la ciudad, no se mueven más que los raterillos locales. También en esta categoría del votante rehén puede darse un tercer caso, el de aquellos que ven amenazada la subsistencia diaria si dejan de votar por el PRI, porque entonces no tendrían la despensa que les ha llegado a casa puntualmente desde hace unos meses; o alguien les dijo que si no ganaba el PRI cerrarían el centro de salud de la comunidad, el único que hay.

En cualquiera de los tres casos mencionados (el interesado, la masa manipulada y los necesitados) estamos frente a una extensión del fraude que no se limita al conteo de boletas. Sobra decir que los votantes rehenes –en su mayoría— no tienen tiempo o medios para feisbuquear algunas horas al día. No se ríen de los carteles ridiculizantes que los anti EPN(istas) se postean, ni miran las fotos o leen las historias de JVM, tampoco las reseñas panfletarias de los crímenes de Quadri. Sólo votarán porque hay que votar por el PRI --por EPN-- y basados en razones que se discutirán en la sobremesa después de acudir a las urnas.

La segunda situación es claro, la del no-votante. Entre los no-votantes podemos encontrar dos casos al menos. El primero es el del indiferente. Simplemente no se lo pregunta, no recuerda, no se ha enterado de que debió actualizar su credencial, o sacarla de la biblioteca o del billar. La perdió y no le importa, se despierta “medio crudo” o tiene una boda ese día, lo que sea, es irrelevante el voto para este sujeto. El segundo caso posible es el de aquel que firmemente convencido de la esencia rebelde que encarna la abstención, decide, en lo que llama su derecho, “no votar” y hasta se da a la laboriosa tarea de asignarle un nombre a su "trinchera", es el sitio de los “no-votantes”, como si el no-votante fuera una entidad de idéntica cualidad que el si-votante, esto es, del ciudadano, y tuvieran las mismas capacidades salvo porque uno carece de la energía y la ingenuidad que al otro le sobra. (Porque además el no-votante asume que el si-votante es un ingenuo y no un rehén, alguien a quien quizá un politiquillo le secuestró a la familia en un búnker, sin luz ni agua, de aquí al 1 de julio, fecha en la que tendrá que votar por el PRI). Los argumentos del no-votante son vagos, aunque para sí contundentes pues tienen el peso mismo de la realidad. La corrupción, la pobreza, la indignidad en que "el gobierno" (esta entidad indistinguible en su discurso de partidos o personas concretas) tiene hundido al “pueblo”; decenas de fraudes electorales  e incluso (esto me lo ha posteado una no-votante hace unas semanas) las diez horas de jornada laboral que debe padecer cualquier obrero en cualquier terreno de la tortuosa geografía neoliberal. Todos hechos incontrovertibles. Porque es cierto, el ejército es un abusón, es verdad, en el gobierno hay una bola de matones que tiene amordazado al pueblo. Nadie podría negar sin riesgo de ser objeto del mayor de los escarnios, que acudir a las urnas a ejercer el derecho a voto, no acabará con la miseria y la avaricia que carcomen a nuestro país, es verdad, mi voto no revivirá a los muertos de la guerra, mi voto sólo será un pronunciamiento a favor del respeto a la democracia como el derecho del pueblo a expresar su voluntad. Ni el voto, ni en general, nada hay que resuelva inmediata y mágicamente los problemas que históricamente nos agobian, pero no se ubica el voto en el mismo orden de soluciones. ¿A quiénes debemos dar la espalda y con quiénes debemos negociar, con quién hemos de habérnoslas en los siguientes seis años? La respuesta a esto es precisamente el voto, ni más ni menos. No resolverá ni el hambre ni la muerte, sólo manifestará la voluntad de lo que no es más tolerable, si se quiere, sólo expresará un rechazo y una posibilidad de negociación, de no autoritarismo.

Si nuestro sistema político es disfuncional, esto es, que la democracia sólo enmascara la dictadura neoliberal, si no votar es un pronunciamiento a favor de vías políticas y económicas alternativas (también todo esto me lo han posteado no-votantes en los últimos días), yo me pregunto nuevamente (con la esperanza auténtica de que alguien me responda), si esa <<alternativa>> ahora mismo intangible, llegara emerger ¿no habrá que votar para saber si es la mejor para todos? ¿No es acaso el voto, la expresión libre de la voluntad de gobierno, un derecho defendible en cualquier circunstancia? [Aquí hay que tener especial cuidado, actualmente en España se promueve el abstencionismo pero con un pronunciamiento claro en pro del voto directo, su sistema actual es el del voto indirecto] ¿El no-voto es un derecho? Se diría que, en nuestras circunstancias, es más bien un retroceso. Si yo si-votante (según los argumentos de los no-votantes del segundo tipo) soy responsable de los crímenes del Estado, de la legitimación de un sistema fraudulento, de qué es responsable el no-votante, ¿sigue siendo acaso un sujeto social? Sólo lo pregunto. Si yo si-votante, soy responsable de mantener vivo el último bastión de las revoluciones burguesas (la democracia) a qué responsabilidad se atiene, en qué compromiso se sostiene el no-votante. No lo sé, en verdad no lo sé de cierto, pero dada la fecha en la que nos encontramos supongo que es preciso saberlo, es urgente entender de qué se trata el abstencionismo. Es probable que exista, entre todo, un caso mixto (o cientos de ellos). Puedo ser un votante no-rehén, un elector con convicción, uno decidido a no ver al menos peor, sino quien de verdad ha estudiado no las “promesas” (pues mi novio me promete cosas, mi tía en su lecho de muerte, pero no los políticos) sino los proyectos, las plataformas político-ideológicas de cada partido; e ingenua, puerilmente he decidido confiar en los principios de una “República Amorosa”. Y no soy la única que cree en ello, y quizás esta vez, sólo esta vez, somos efectivamente una mayoría, sin embargo, entre esa mayoría de gente que estudiada y conscientemente ha reído y llorado con las editoriales de los diarios, las campañas de prestigio y desprestigio, sólo una pequeña parte acudirá a las urnas.

Otro ejemplo, breve y real. Hace unos meses en la deprimida España se celebraron (porque ciertamente es una fiesta) elecciones en la Comunidad Autónoma de Andalucía, justo cuando la derecha, los peperos, como se le conoce comúnmente a los monarquistas, empresarios, la ultra-reacción, se sentía con la sartén por el mango, la dicha comunidad salió a las urnas y votó por su única posibilidad, sólo para hacerla servir de contrapeso a la política ruinosa de la derecha. Entonces Izquierda Unida (que no está tan unida y quizás no sea muy izquierda), por muy poco, por una diferencia mínima, ganó los escaños necesarios para dar con la puerta en las narices a la derecha. Y yo, como ingenua si-votante pregunto por qué la gente se deja timar por la derecha, por qué no han sido los más quienes han votado por la izquierda y ha sido tan costosa la mínima diferencia (cinco diputaciones apenas), entonces alguien, un andaluz medianamente involucrado en la política de su provincia, me contesta: "es que la izquierda no-vota”. Claro, resta saber qué es esa mentada izquierda, ahora mismo, y dadas nuestras circunstancias, diría que el no-votante es parte de esa izquierda, y que su desconfianza a veces prejuiciosa le ha impedido ver más allá de los hechos; acercarse pues a los programas, a las ideas de los representantes de los partidos y sobre todo, me arriesgo decirlo, a la diferencia entre la idealidad de nuestro sistema, y su realidad concreta.

Lo que tenemos es esto. Esto es lo que hay, una democracia fraudulenta, quizás, pero mientras un voto es ocultable, 21 millones 181 mil 119 votos no pueden ocultarse ni detrás del Popo humeante...

21 millones 181 mil 119 empadronados se abstuvieron de votar hace un sexenio.... Si sólo la mitad hubiese votado entonces, si sólo una tercera parte decidiera votar ahora, consciente y pensadamente.  Si sólo una octava parte dejara de promover el no-voto. Si sólo una mínima parte asumiera una mínima responsabilidad. En todo caso, en verdad, que alguien me diga ¿de qué es responsable el no-votante?