Por:
Ramón Chaverry
Integrante
del Colectivo Machincuepa
Cada día es más evidente que
el PRI sigue sin aprender las lecciones de pasado. El Partido de la Revolución
Institucional vuelve a dar la espalda a los estudiantes, esta vez a estudiantes
en el extranjero, específicamente en Cataluña. Vamos primero a los hechos, el
día de ayer, alrededor de las cinco y media de la tarde, estudiantes de
diversas universidades de Barcelona acudieron a escuchar una ponencia que se
titulaba "Diálogos sobre
México y el voto en el extranjero de sus connacionales" esta conferencia
la presentaba Arnulfo Valdivia Machuca en la prestigiosa Universidad Pompeu
Fabra de Barcelona. Siendo un tema de actualidad en México, y estando las redes
sociales de por medio, hizo presencia la hoy celebre “Yo soy 132” (que como es sabido se ha
pronunciado siempre como un movimiento apartidista que tiene como objetivo
principal buscar que los medios de información sean objetivos).
Aunque en un primer momento no se sabía la extracción política del
ponente después se reveló que Valdivia Machuca es coordinador de campaña en el
extranjero de Enrique Peña Nieto. A nadie extraño
que tras media hora de retraso los ahí convocados se enteraran que Valdivia había cancelado el evento recordándonos con
ello aquel refrán que reza “el fruto priista nunca cae muy lejos del árbol de
la intolerancia”. Valdivia, como Peña
Nieto, su jefe, se volvía a mostrar temeroso de la juventud estudiantil que
encarna el “Yo soy 132”.
¿Debe sorprendernos esta
reacción hacia los jóvenes por parte de los priistas? Por supuesto que no, esa ha sido la marca
personal de este partido desde la década del sesenta.
De
las lecciones incomprendidas del PRI o de cómo “la cabra siempre tira al monte”
Los hechos de ayer nos
demuestran que el PRI no
termina de aprender las lecciones o no logra contemporizar. Hay a mi juicio
cuando menos dos lecciones que tiene que aprender ese partido. La primera es
que ya no se puede subestimar la inteligencia de los votantes, el PRI
simplemente no se pone al día que los jóvenes votantes ahora “Googlean”
información de los pasados incómodos de los aspirantes, se percatan de los
ardides (hasta de esos tan sofisticados como hacer pasar mítines por ponencias).
El PRI nunca dejó de despreciar a los votantes, por ello sigue pensando que su
plataforma política debe estar “vitaminada” con una buena dosis visual de la “caja
idiota”. La primera lección es que hay una población más informada que le va
creyendo menos a los medios de comunicación tradicionales y que va a ser más
crítica respecto a sus historias y a sus formas de gobernar.
Pero quizá una de las lecciones más
importantes que tiene que aprender el PRI es que han quedado atrás los tiempos en que
simplemente se podía “borrar” a los inconformes quitándoles el micrófono o aniquilándolos
con “halconazos”. En este tiempo de redes sociales e internet seguir aplicando
el clásico “ni los veo ni los oigo” es un rasgo anacrónico de un PRI
acostumbrado al presidencialismo omnipotente.
Se le acaba el tiempo al PRI
para aprender las lecciones y parece que, como aquellos que no sacan provecho
de las experiencias, simplemente les quedará el resentimiento. Ese
resentimiento que les hará ver al pasado y recordar, la primavera, “La maldita
Primavera” del 12.
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