jueves, 31 de mayo de 2012

CONOCE MÉXICO A TRAVÉS DE SU LITERATURA

Por: Selma Rodal Linares
Colaboradora invitada




El escritor T.S. Elliot consideraba que la poesía cumplía una función social primordial, conservar las emociones y sentimientos particulares de un pueblo. Dice Elliot: "Donde mejor se expresan la emoción y el sentimiento, pues, es en la lengua común del pueblo; es decir en la lengua común a todas las clases: la estructura, el ritmo, el sonido, los modismos de una lengua expresan la personalidad del pueblo que la habla". 

Este taller trata de recuperar esta idea para plantearla en la narrativa mexicana –que es también una forma de poesía en el amplio sentido que el término tiene– parte de la pregunta ¿cuál es la personalidad del mexicano y su cultura? y la búsqueda se realiza precisamente en los rasgos estilísticos de diferentes ejemplos de la narrativa mexicana. 


A partir de los años 50 y específicamente, con la escritura del Llano en llamas de Juan Rulfo, se puede decir que comienza verdaderamente una literatura mexicana autónoma, con respecto a otras literaturas en castellano, la cual surge precisamente de la incorporación de la estructura, el ritmo, el sonido y los modismos propios del habla de los mexicanos a la prosa. 



De esta forma, a partir del análisis indagaremos en los rasgos específicos de la cultura y personalidad del mexicano y de cómo estos evolucionan en paralelo a los grandes cambios sociales del país: pasaremos revista a la urbanización de México en la narrativa de José Agustín y José Emilio Pacheco; la generación de los setenta en el exilio desde la escritura de Sergio Pitol y Carlos Fuentes; hasta reparar en ejemplos muy recientes, escritores de los años 90 que desde registros lingüísticos muy diversos evocan en su prosa diferentes personalidades dentro de la cultura mexicana.



 Público general. Cupo limitado.
Cinco sesiones.
Viernes: 8 de Junio del 2012
Horario: 16:00-18:00hrs
Organiza: MEXCAT
Lugar: Associació de Comerciants Creu Corbeta / Callao, 9, bajo, 0814, Barcelona, Spain.

Taller de lectura y análisis en el cual reflexionaremos sobre los rasgos específicos de la cultura mexicana y sobre la forma en la que se manifiestan éstos, dentro del estilo de algunos autores representativos de la narrativa mexicana, desde la década de los cincuenta hasta los noventas, a partir de diferentes temas de discusión. 

Puedes venir a todas o a las que más te interesen, sólo te pedimos que por favor nos avises para considerarte y que, de preferencia te presentes a la próxima en la cual se proporcionarán las lecturas del curso y la dinámica del taller.

Impartido por Selma Rodal Linares. 
Más información: info@mexcat.org //// http://www.facebook.com/events/231532310296840/


miércoles, 30 de mayo de 2012

VETO AL VOTO EN EL EXTRANJERO


Por: Ramón Chaverry
Integrante del Colectivo Machincuepa


Cada día es más evidente que el PRI sigue sin aprender las lecciones de pasado. El Partido de la Revolución Institucional vuelve a dar la espalda a los estudiantes, esta vez a estudiantes en el extranjero, específicamente en Cataluña. Vamos primero a los hechos, el día de ayer, alrededor de las cinco y media de la tarde, estudiantes de diversas universidades de Barcelona acudieron a escuchar una ponencia que se titulaba "Diálogos sobre México y el voto en el extranjero de sus connacionales" esta conferencia la presentaba Arnulfo Valdivia Machuca en la prestigiosa Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Siendo un tema de actualidad en México, y estando las redes sociales de por medio, hizo presencia la hoy celebre  “Yo soy 132” (que como es sabido se ha pronunciado siempre como un movimiento apartidista que tiene como objetivo principal buscar que los medios de información sean objetivos).

Aunque en un primer momento no se sabía la extracción política del ponente después se reveló que Valdivia Machuca es coordinador de campaña en el extranjero de Enrique Peña Nieto. A nadie extraño que tras media hora de retraso los ahí convocados se enteraran que Valdivia  había cancelado el evento recordándonos con ello aquel refrán que reza “el fruto priista nunca cae muy lejos del árbol de la intolerancia”.  Valdivia, como Peña Nieto, su jefe, se volvía a mostrar temeroso de la juventud estudiantil que encarna el “Yo soy 132”.  
  
¿Debe sorprendernos esta reacción hacia los jóvenes por parte de los priistas?  Por supuesto que no, esa ha sido la marca personal de este partido desde la década del sesenta.

De las lecciones incomprendidas del PRI o de cómo “la cabra siempre tira al monte”

Los hechos de ayer nos demuestran que el PRI  no termina de aprender las lecciones o no logra contemporizar. Hay a mi juicio cuando menos dos lecciones que tiene que aprender ese partido. La primera es que ya no se puede subestimar la inteligencia de los votantes, el PRI simplemente no se pone al día que los jóvenes votantes ahora “Googlean” información de los pasados incómodos de los aspirantes, se percatan de los ardides (hasta de esos tan sofisticados como hacer pasar mítines por ponencias). El PRI nunca dejó de despreciar a los votantes, por ello sigue pensando que su plataforma política debe estar “vitaminada” con una buena dosis visual de la “caja idiota”. La primera lección es que hay una población más informada que le va creyendo menos a los medios de comunicación tradicionales y que va a ser más crítica respecto a sus historias y a sus formas de gobernar.     

 Pero quizá una de las lecciones más importantes que tiene que aprender el PRI  es que han quedado atrás los tiempos en que simplemente se podía “borrar” a los inconformes quitándoles el micrófono o aniquilándolos con “halconazos”. En este tiempo de redes sociales e internet seguir aplicando el clásico “ni los veo ni los oigo” es un rasgo anacrónico de un PRI acostumbrado al presidencialismo omnipotente.

Se le acaba el tiempo al PRI para aprender las lecciones y parece que, como aquellos que no sacan provecho de las experiencias, simplemente les quedará el resentimiento. Ese resentimiento que les hará ver al pasado y recordar, la primavera, “La maldita Primavera” del 12.  



domingo, 20 de mayo de 2012

HACIA UN ESTADO DEMOCRÁTICO: GOBIERNO, VOTO Y CIUDADANÍA

Enrique Rivero Ojeda

"Tener una identidad es construir una figura
en la que nuestro pasado se integre en un proyecto
renovado… A nosotros corresponde dibujar el rostro
 en que podamos reconocernos, y ver en él nuestro pasado.
Pues un pueblo tiene que llegar a ser lo que ha elegido."

Luis Villoro



Las elecciones para Presidente de la República son inminentes. Los mexicanos hemos sido testigos de un  sinfín de manifestaciones políticas por parte de cuatro candidatos: radio, televisión, internet, así como prensa escrita, han sido los medios por los que cada aspirante a la presidencia ha expuesto su plataforma política. Como ciudadanos, el papel que nos atañe ante esto es el de la crítica, la reflexión y la apuesta por aquello que nos parezca mejor para el país. Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado para qué o por qué votar? ¿Tenemos claro qué repercusión o efecto real puede tener nuestro voto? Hay un porcentaje importante de indecisos y un grupo aún mayor y más preocupante de abstencionismo. La política en nuestro país no es considerada como ejemplar, mucho menos los políticos que la representan. Este es tal vez el motivo determinante por el que numerosos ciudadanos prefieren no involucrarse en el terreno de la elecciones, y simplemente deciden no votar o anular su voto.

Cabe resaltar que, a pesar de la existencia de un grupo importante de abstencionistas, y otro más pequeño de electores que anulan su voto, uno de los cuatro candidatos será elegido: no hay otra posibilidad en el sistema electoral mexicano. En las elecciones del 2011 para gobernador en el Estado de México, hubo un 57.4 % de abstencionismo, y es claro que existe un mandatario en esta entidad y que regirá durante seis años. Esta es una razón más para involucrarse en decisiones que son trascendentales para los individuos y la sociedad en general. Los sistemas democráticos contemporáneos germinan tras una persistente lucha de los ciudadanos por defender sus derechos, y por su intervención constante en el terreno político. Y es que la democracia no es una realidad que se dé per se: es una esfera heterogénea que se construye paulatinamente con el trabajo, las responsabilidades y las exigencias de ciudadanos comprometidos con su entorno.

Esa es la razón por la que resulta imprescindible evocar la etiología de una institución como el Estado, saber cuál es su función y entender el porqué de su existencia. Parecería que el Estado es una entidad atemporal, y que a los individuos no nos queda otra opción más que asumirla como una realidad inexpugnable. Es verdad que no se comprende al hombre moderno sin la existencia de un organismo que le garantice seguridad y una serie de derechos para existir, pero eso no significa que nos esté vetado calificar su desempeño.

            Recordemos que antes de que existiera el Estado como tal, se vivía en un principio de naturaleza: la realidad del ser humano estaba constituida por el caos y  la inseguridad. La imposición del más fuerte, la transgresión generalizada y un mundo sin ley eran los antecedentes del Estado. De ahí la necesidad de protegernos en un Estado de derecho que velase por el respeto hacia las garantías mínimas para el desarrollo de los individuos.

El hombre firmó un contrato en el que cedía el poder a un organismo que, a cambio, se comprometería a salvaguardarlo, respetarlo y darle las condiciones necesarias para un desarrollo óptimo: estas serían, además de muchas otras, las funciones mínimas de un Estado democrático. Sin embargo, un contrato sólo es efectivo si se lleva a cabo bilateralmente, es decir, si cada una de las partes cumple con la función que le corresponde. No podemos exigirle al Estado seguridad, salud, educación, vivienda, etcétera, si no somos capaces de responsabilizarnos de una acción primaria como lo es votar. Lo que nos hace ciudadanos, entre otros elementos, es el  acto primigenio de decidir quién tiene que gobernar. Elegir a quién le voy a otorgar mi voto, con quién firmaré el acuerdo de reciprocidad, y con qué proyecto de nación me implico, es parte fundamental de esa responsabilidad.  Ahora bien, parte esencial de la democracia es aceptar que no siempre será elegido el candidato por el que votamos, así como también es obligación del Estado y de sus instituciones garantizar que el proceso electoral sea legítimo y transparente. Si el Estado de derecho sobre el que se sostiene la legalidad, la libertad y la autenticidad del proceso electoral no cumple a cabalidad con su labor, los resultados podrían ser catastróficos.

Las sociedades contemporáneas —cada vez más complejas— requieren de ciudadanos preparados, que comprendan que el quehacer político es una actividad básica para alcanzar la justicia. Por ello, es necesario que los ciudadanos se decanten por la práctica y el ejercicio reflexivo, por ejercer un voto bien pensado, que se encuentre comprometido con la verdad. Ese es el voto que beneficiará al país y a la sociedad en general.

Hay que tener claro que con el voto comienza la democracia, pero ésta no se agota ahí. Es condición necesaria que los ciudadanos hagamos un frente común para defender dicha democracia. El individuo aislado es un cáncer para cualquier nación. No es posible desentendernos de lo que sucede en la polis, cada vez es más claro que para que un país crezca en todos los sentidos, es requisito indispensable que sus habitantes busquen no sólo el beneficio particular, sino el bien general. Ya lo afirmó alguna vez Rousseau: la diferencia entre el hombre y el ciudadano es que el primero busca la felicidad, mientras que el segundo busca la justicia. El ciudadano debería inclinarse a llevar a cabo una noción plural del bien, sabiendo que de esta manera también él saldrá beneficiado.

Resulta imperativo, pues, que exista una ordenación madura de la sociedad civil. Una sociedad organizada es una comunidad que comparte y desarrolla valores y objetivos conjuntos. Es indispensable que la esfera pública tenga un peso determinante en la realidad política de un país. Mientras los individuos estén apartados será más factible que los gobiernos decidan unilateralmente cuál debe ser el rumbo. Participemos, hagámonos responsables de nuestro entorno, levantemos la voz ante la injusticia, organicémonos y cobremos fuerza en la colectividad. Un verdadero estado democrático comienza por una acción muy simple, por un acto que está al alcance de todos: el voto. Votemos, y decidamos en qué país deseamos vivir.





REVALORAR LA POLIS

Por Paula Arizmendi Mar
Twitter: @parizmar


En esta época de profunda volatilidad política, de brutales discusiones y frecuentes conflictos electorales, muchos ciudadanos se muestran desanimados, quizás indiferentes, o simplemente poco representados. La protesta más común es aquella de “Todos los políticos son iguales”, o la de “Ni a cuál irle”, aun más triste. Los votantes consideran que los candidatos prometen mucho y cumplen poco; y que de gobernantes, embelesados con el poder, se dedicarán a sus negocios privados y olvidarán las preocupaciones del pueblo. Así, el voto nulo, o la mera ausencia en las urnas el día de las elecciones se hace una tentación cada vez más seductora. La queja detrás es clara, y seguramente te la has hecho muchas veces: ¿Por qué voy a hacerle caso, si no me representan? ¿Por qué voy a interesarme por la política, si solo es el negocio de unos cuantos?

Es comprensible que pienses eso, que odies a la clase política y  detestes aún más el círculo de diputados, senadores y demás fauna gubernamental. Pero en realidad, la política es mucho más que todo el circo mediático que se conoce y las figuras que salen en las noticias. La política es, inicialmente, una actividad que se da en la ciudad (polis, en griego). El pensador griego Aristóteles, en su libro Política, consideraba que por naturaleza el ser humano es político: es un ser que vive en comunidad, en la polis, y por tanto debe tener la disposición de convivir y de organizarse. Todos los seres humanos, nos guste o no, somos seres políticos, y nos cruzamos una y otra vez con las decisiones que otros toman.

Desentenderte de la política es no querer saber sobre lo que es natural a nosotros: esa coexistencia y búsqueda de reciprocidad entre los ciudadanos. Si consideras que los mexicanos no podemos hacer nada por el país, que los encargados de la política son unos ladrones y sátrapas, y no actúas al respecto, de cualquier manera estás siendo parte de la política. Porque política es desde la organización de tu manzana, tu colonia, tu municipio o delegación y tu estado. ¿A poco no puedes comenzar haciendo cambios en donde vives? Pues eso también es política, y no tiene que ver con los  cínicos mandatarios o las grandes organizaciones partidistas.

Todos nosotros tenemos muchas propuestas sobre cómo mejorar la situación en México. Pero nunca las llevamos a cabo porque pensamos que de eso tienen que encargarse los llamados “políticos”. Y con esta concepción en mente, la gente siempre piensa que si tienes actividad política es porque quieres un puesto y vas a ganar algo. Piensa en lo siguiente: en la política real, a la que refería Aristóteles, las propuestas no se hacen para tener más dinero o para tener poder: se hacen porque interesa un bien común, porque quieres que tu colonia tenga mejores servicios, o porque deseas que tu manzana tenga una mejor distribución y más actividades. Esa es la verdadera finalidad de la política (y la cual muchos parecen haber olvidado): que todos vivan mejor, no que uno tenga más cosas malhabidas en detrimento de los otros. Ahí está la importancia de tener poder ciudadano: se trata de organizarse y buscar un bien que sirva para todos, y nada más.    

Y por último, está la parte oficial, esa a la que tantos son indiferentes o por la que están desencantados. También ahí puedes poner tu granito de arena. A pesar de que esos “políticos” son de dudosa calidad moral, y están en una gresca permanente, hay una diferencia entre ellos: no todos son iguales. Pero para descubrir eso tienes que informarte, investigar y conocer más a fondo qué dice cada uno de ellos. Eso también es política, el participar en los comicios electorales: reflexiona, comenta, discute con amigos y familiares, involúcrate en lo que está sucediendo en el país, y exige a los gobernantes que cumplan lo que prometan. Sal a votar, y vota con conciencia y después de haberlo meditado. También eso es política, aunque no nos guste. 

En estos tiempos de manipulación y saturación informativa, ser ciudadano es una actitud y una responsabilidad que debemos compartir todos. No es nada más votar y desentenderse: es participar activamente en las decisiones grandes y pequeñas de México. Vivimos en una polis, y como tal, estamos obligados a hacer política: pero no en esa concepción peyorativa, sino en la construcción conjunta de un orden más justo y equilibrado. Eso solo se puede lograr entre todos. Te invito a que descubras tu propio poder, que seas un verdadero ciudadano, y comiences a hacer pequeños cambios que muevan a México. A que te comprometas, participes, compartas, dialogues, concilies y, así, comiences a hacer verdadera política. Es hora de ser ciudadano, ¿no te parece? 




A CUENTO DE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES

Tiresias


Quizá porque la situación política me lo recuerda, quizá por la encrucijada electoral en la que nos encontramos pero en estos momentos me viene a la memoria Lenin que decía que con los soviéticos, con ellos, no sin ellos, habría de edificarse la nueva sociedad. La frase me parece aún pertinente. Lo primero que habría que decir, antes de establecer cualquier parangón, es que Lenin no es ingenuo al decir esto. Él percibe y sabe que el pueblo soviético se encontraba escéptico, influenciados por la ideología y domeñados por los vicios del antiguo régimen. Sin embrago, la frase “con ellos, no sin ellos” es de una profunda fe pues él sabe que los únicos que podían edificar eran los soviéticos mismos. Así como los soviéticos encarnaban el antiguo régimen, lo mantenían con sus prácticas y lo conservaban por temor al cambio, no es menos cierto que sólo ellos mismos podían modificar el estado de “servidumbre voluntaria” en el que se encontraban.

Como los soviéticos, hoy en México nos encontramos enfrentados a nuestras antiguas prácticas, como ellos, continuamos con las prácticas a las que nos acostumbramos durante 75 años basadas en la corrupción, el fraude, el arribismo, el nepotismo, etc. Nuestras prácticas siguen siendo las mismas sólo cambiaron los actores. Hasta podríamos decir que, en el fondo, nunca dejamos de ser priistas porque siempre nos comportamos como tales. Pero de nuevo con Lenin, “con ellos”, con nosotros, no sin nosotros, debe ser edificada una nueva sociedad. Porque sólo la sociedad es obra de la sociedad, porque sólo la sociedad puede emanciparse a sí misma descubriendo y elaborando su potencial a través de la acción cotidiana, modificando sus prácticas.

En México la apuesta de un sector va dirigida a mover los hilos de nuestros antiguos miedos, apelan a nuestro conservadurismo y a nuestros vicios históricos constitutivos. Frente a ello las nuevas tecnologías nos permiten pensar estas prácticas y potencian el ejercicio reflexivo. Es en estos ámbitos donde se ha construido el germen de una nueva ciudadanía virtual. Estas nuevas formas de participación ciudadana, aún limitada, nos permite el perfeccionamiento de la democracia, la democracia que en cada caso encarnamos todos.  

 La crítica poco a poco horada el poder de las cúpulas que antes podían manipular las votaciones, maquillar las cifras y crear “líderes de opinión” vía los medios de comunicación. Gracias a la crítica tenemos como nunca la posibilidad de votar de manera razonada por una alternativa de país, que es también una alternativa de vida, una alternativa de futuro. Debemos ser por ello consientes que nuestras decisiones presentes nos arrojan hacia un futuro promisorio o hacia el purgatorio de nuestros errores. De nuevo, “con y no sin” nosotros es que la nueva sociedad será creada. El voto pensado es sólo la primera de estas formas de emancipación de la servidumbre voluntaria ¿Será acaso que podremos cambiarnos y que nuestras prácticas nos permitan construir una nueva sociedad?

El tiempo dirá si valía la pena “construir con”.  Junto con Lenin, la fe me hace creer que sí.  

LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA, UNA EXPERIENCIA VIRTUAL

Omar Méndez
Twitter: @OmarMCa

La comunicación se reconoce como fundante de la 
 ciudadanía en tanto interacción que hace posible 
 la colectivización de intereses y propuestas. 
Pero, al mismo tiempo, en tanto dota de existencia 
pública a los individuos visibilizándolos ante los demás
y permitiendo verse-representarse ante sí mismos”.

María Cristina Mata


La democracia se basa en una premisa fundamental, tener fe y creencia ciega en las instituciones públicas que se encargan de ejercerla con ética, cuando esto no sucede, cuando estamos bajo sospechisismos de fraudes y arreglos, la democracia no es más que una melancolía acordonada por clases de historia y política y, en un país como el nuestro donde se nos ha acostumbrado a ser ciudadanos creyentes de la democracia, de la legitimidad del estado y del cuidado paternalista del gobierno, pensar en el fracaso de la democracia se convierte en un matiz incómodo.

Más no es ninguna mentira, que en los tiempos actuales, se ha de dudar de todo candidato, toda televisora, toda información concerniente a las elecciones, sin importar la (nula) procedencia o el informador a cargo, vaya tragedia.

¿Qué pasa cuándo vivimos en la época de la desinformación y el juego sucio?

Surge una respuesta primordial, la comunicación del ciudadano con el ciudadano; sólo a través de los pequeños debates, de las discusiones acaloradas con nuestras amistades o círculos cercanos estaremos (casi) libres de toda influencia mediática. La novedad es que la “cancha” donde se lleva este juego,  es un espacio sin reglas ni medidas “oficiales”, donde pueden surgir una serie de barbaridades sin fundamento, son las redes sociales,  pero ¿No será que la participación en las redes sociales sea la nueva manifestación de ciudadanía?

Las redes sociales cada vez tienen más sentido ciudadano y masificado, 140 caracteres puede contener mucha información o mucha desinformación, publicaciones de facebook y videos de candidatos donde exponen una visión que muchos contrarían. La mayor parte de las noticias relacionadas a la política son replicadas en las ya mencionadas redes sociales, las cuales, a su vez, fungen como un nuevo método de relación-acción. 

La Ciudadanía implica derechos y deberes, que bien pueden ser virtuales,  las redes sociales son un nuevo tipo de vivir la ciudadanía, se me podrá refutar que un gran porcentaje de la población, por lo menos en México, no cuente con acceso a internet, pero son muchos otros los que sí, principalmente los jóvenes, muchos han visto en el muro de alguno de sus amigos virtuales algún chiste, fotografía o parodia de los candidatos a presidentes de la república, ya sea por moda, por crítica , etc. las redes sociales, dejan de ser por mucho, dispositivos controlados, son tierra de nadie y ciudadanamente de todos.

La ciudadanía postmoderna es tan libre como fugaz, un estatus, un twitter, una fotografía, no hay un cuerpo físico, ni un espacio, ni un grito y aunque también se mantienen de pie, los intereses de ciudadanos por los actos públicos, que se logran en marchas, mitings, manifestaciones, etc hay muchas condiciones para suponer que el ciudadano virtual, cada vez tiene más peso específico en los intereses públicos.

No podemos negar que las sociedades cerradas, privadas cada vez empiezan a reducirse en número, no así las sociedades públicas, donde lo que hacen los candidatos, por poner un ejemplo, la vida de los políticos, es cada vez más pública, menos disciplinaria. Han surgido medios informativos alternos al duopolio televisivo y a las estaciones de radio comerciales, hay radios ciudadanos y alternativas, revistas, periódicos independientes, y las mismas redes sociales como medios informativos. Un “trending topic” puede y no, ser algo auténtico (han sido evidenciados laboratorios cibernéticos de partidistas tuiteando a favor de tal candidato). La creación de estas redes ciudadanas digitales, amarran al sujeto a un consumo de su tiempo en la navegación del internet, pero también lo presentan ante una nueva construcción de subjetividad social e individual. Una de las posibilidades del ciudadano virtual es la facilidad con la que puede enajenarse a políticos en celofán, empaparse de sus “compromisos” aunque estos no los firmen, pero también, con la ciudadanía virtual se puede apostar a la ruptura del mito del “ya merito”; ya que se pueden ver grandes y mejores organizaciones y redes virtuales ciudadanas en comparación con otros tiempos, y estas a su vez logran la movilización en masa que se necesita para refutar o devastar la decisión política impuesta, parece que ahora empezamos a experimentar la vigilancia ciudadana a los vigilantes públicos.

Ser ciudadano virtual radica en experimentar la posición de un sujeto “multi task” de ideologías y pensamientos, se crean nuevas percepciones emergentes y urgentes, se mantiene la posibilidad de ser partícipe de un proceso electoral a pesar de encontrarse en exilio voluntario, se puede debatir y se puede poner en práctica el ejercicio de la tolerancia, sin embargo la ciudadanía virtual trae a sus espaldas lo efímero de la temporalidad, habrá que releer la presente opinión pasadas las elecciones, para descubrir si México está experimentando realmente la organización ciudadana a partir de las redes sociales o sí todos hemos sido víctimas de la moda virtual postmoderna.

¡NO MÁS MENTIRAS!... MEJOR MÁS INFORMACIÓN VERÍDICA!

Mayra Flores


"No hay hechos ... hay interpretaciones” 
F. Nietzche

                                                                                                                                             
Es tiempo de elecciones en México y desde Barcelona , sigo continuamente con gran interés la información de las campañas de los diferentes candidatos a la presidencia de México. Como muchos mexicanos en el extranjero utilizo frecuentemente las  redes sociales, con lo cual  me puedo percatar de toda la ola de información y desinformación de las personas que actualmente viven en México como también la gente que por cuestiones personales, de trabajo o estudiantiles tuvimos que abandonar nuestro país .

 Pienso que como mexicana tengo el derecho y obligación de estar bien informada, a pesar de estar  lejos y así poder saber qué rumbo tendrá nuestro país, ya que no por el hecho de estar fuera de él me quita el deber y el derecho de seguir informándome de lo que pasa por la simple razón que todo ciudadano  tiene una identidad y una historia que le  marca su  país de origen.

Un gran cáncer a mi parecer es esta “guerra sucia” .Por una parte los medios de comunicación en la que actualmente se está manejando no solo en estos tiempos electorales , si no desde que tengo uso de razón una impresionante  manipulación  llena de mentiras  y como consecuencia una grandísima  desinformación  , donde el interés económico de quienes controlan los medios hacen ver una opinión generalizada, totalitaria y dicen tener la veracidad en sus manos.  Por otra parte tenemos a la  mayoría de familias mexicanas que tienen mínimo un televisor en casa (que yo lo describiría como un monstro que  trasmite información basura )a los que llega esta información de forma totalmente tergiversada y como consecuencia, en este caso, una gran confusión de que partido o candidato se puede elegir . Cito a un pensador contemporáneo  del siglo XX Noam Chomsky , el cual nos da 10 estrategias de manipulación mediática , (que en algún otro artículo me gustaría desarrollar mas afondo)

Una de ellas es : “La estrategia de la distracción” “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales” (cita del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

¿Somos realmente conscientes de lo que leemos ,escuchamos y vemos? Probablemente no , pero los medios sobre todo televisión ,radio y prensa saben bien el alcance y poder que tienen , tanto como para hacer de esto una guerra totalmente sucia y absurda .
Hemos llegado a tal extremo que la información pasa a ser de un contenido verídico a ser solo una forma bonita y llamativa para un fin único y particular , no  existe un bien  común para la sociedad, sino solo para unos cuantos y que tiene como finalidad, por desgracia, un futuro incierto y aún más peligroso de lo actualmente estamos viviendo en nuestro país y en todo el mundo.

Un ejemplo claro es lo poco que le importó a la Federación Mexicana de Fútbol la recomendación del IFE sobre no empalmar el fútbol con el debate de los candidatos presidenciales. La FMF, máximo órgano del fútbol mexicano programó el partido entre Tigres y Morelia el domingo 6 de Mayo a las 20 hrs, el mismo horario del debate presidencial.

No podemos confiarnos de las grandes cadenas televisoras que tenemos actualmente en el país , por que  parece ser que el precio que tengamos  que pagar es el de tener a cambio, anuncios ridículos ,manipulados y lo que es aún mas triste jugando con la inteligencia y los sentimientos de un país entero tan rico como el nuestro.

Lamentablemente  la población más afectada es aquella que por causas de este sistema capitalista no tiene la más mínima posibilidad de la educación , y si la tiene , es manipulada con mentiras y como resultado hace que el individuo este cada vez mas incrédulo de lo que escucha ,a que pierda el interés(sobre todo político), el sentido común ,su criterio propio y a tener una observación adecuada de la realidad  en especial la gran mayoría de la juventud, que ve a México , como un país sin futuro.

Tenemos que conseguir romper el silencio y dejar de hacer como si no pasara nada . Hacer de esto una verdadera revolución informativa, utilizar  los medios de comunicación alternativos para  formar foros ,debates y argumentos que informen correctamente., así como buscar diversas fuentes de información confiables para contrarrestar a medida de nuestras posibilidades el pensamiento único para que sea posible una información amplia con distintos puntos de vista críticos antes de formar una idea concreta derivada de solo opiniones, ya que a nadie, a mi parecer  le gusta ser engañado. Una formación propia nos dará  seguridad  al momento de  opinar y elegir ., y en nuestro caso en tiempos de elecciones, a dar un voto con plena conciencia de a quien lo vamos a dirigir y el porqué. Aún siendo una “manipulación“nosotros tenemos la libertad de poder elegir estar o no bien  informados.