lunes, 1 de octubre de 2012

CONVOCATORIA PARA EL CONCURSO DE CUENTO, ENSAYO, Y POESÍA “AL FIN QUE PARA MORIR NACIMOS”

ATENCIÓN: A PETICIÓN POPULAR PRORROGAMOS EL PLAZO HASTA LAS 23:59 DEL 27 DE OCTUBRE. ¡NO DEJES DE ENVIARNOS TU TEXTO!
 Con la finalidad de reflexionar sobre el peso de la muerte en la identidad mexicana, y dado que se acerca la festividad de Día de muertos (2 de noviembre), el Colectivo Machincuepa convoca al I concurso de cuento, ensayo y poesía “Al fin que para morir nacimos”.

1. Podrán presentarse al certamen todos los escritores mayores de edad de cualquier nacionalidad que lo deseen, siempre que sus obras estén escritas en español. Cada escritor podrá enviar, por separado, cuantos textos desee.

2. El tema del concurso será la muerte y la festividad celebratoria del día de muertos que se celebra en México.

3. Las obras presentadas tendrán una extensión máxima de 3 cuartillas (cuento y ensayo), y de 100 versos (poesía) usando el tipo de letra “Arial” tamaño 12.

4. Habrá un ganador para cada categoría. Los ganadores serán contactados por correo electrónico y dados a conocer por las redes sociales el 29 de octubre de 2012.

5. El premio será un kit de libros autografiados de prestigiosos escritores mexicanos.

6. Los tres cuentos y poemas finalistas y el ganador leerán su texto (presencial o virtualmente) el 3 de noviembre en una ceremonia que organizará el Colectivo Machincuepa. Además, todos los textos participantes se editarán en un libro electrónico sobre el tema de la muerte.

7. El plazo de presentación de los textos quedará abierto a partir del día 1º y finalizará el 27 de octubre de 2012 a las 23:59.

8. Los trabajos deberán ser enviados al correo electrónico: colectivo.machincuepa@gmail.com en archivo pdf o jpg. Si el autor desea utilizar un pseudónimo, deberá enviar un archivo adicional adjuntando el pseudónimo utilizado y sus datos personales.


sábado, 15 de septiembre de 2012

15 DE SEPTIEMBRE. ¿QUÉ SIGNIFICA LA INDEPENDENCIA PARA TI?


               El Colectivo Machincuepa convocó a la comunidad mexicana a un ejercicio reflexivo: pensar qué significa en estos tiempos la Independencia Mexicana, y si es pertinente celebrar o no. El diálogo fue muy fructífero. Estos son algunos textos al respecto.

1.  Mayra Flores 
Integrante del Colectivo Machincuepa.

Independencia, ¿ o qué celebramos?
Nuevamente está por llegar el aniversario del Grito de la Independencia de México. Pero ahora es la primera vez que me pregunto si debo festejar o no este día, una fecha que desde pequeña me gusta mucho, por la felicidad de la gente, por ver los tricolores, luces, música popular, antojitos mexicanos, bailes típicos y todo lo que tenga que ver con la identidad tan patriótica que nos caracteriza como mexicanos.
Hoy me planteo el celebrar o no, porque como ya es bien sabido no estamos en un buen momento: en los últimos años han sucedido acontecimientos que han mermado el avance en nuestro país a nivel social, político y económico. Después de ver y vivir estas elecciones sucias y manipuladas, de saber fehacientemente que México tiene un presidente no elegido verdaderamente por el pueblo, sino impuesto, y que “Democracia” es una palabra que no se  emplea en el país... Después de enterarme de tragedias que se pudieron haber evitado como la del Casino Royal en Monterrey, los miles de cuerpos mutilados, calcinados en narcofosas…
Después de ser testigo de todo esto, tengo la oscura sensación de que no puedo festejar. Porque es como burlarme de los campesinos que no tienen ningún apoyo del gobierno, de los miles indígenas a los que no se les respeta, de la falta de igualdad, de las injusticias cotidianas, de la falta de empleo de los jóvenes egresados de universidades, y de mucho, mucho, mucho más.
Y como diría Eduardo del Rio García (Rius) en su libro” La Interminable Conquista de México": pasamos de ser conquistados por los españoles a ser conquistados por la economía de Estados Unidos. Así que independientes, independientes, pues no lo somos. ¿Y entonces qué vamos a celebrar? Carezco de respuestas. Y francamente, no sé si el 15 de septiembre estaré allí para festejar. No sé si el ánimo me alcance.   

2. Enrique Rivero Ojeda
Integrante del Colectivo Machincuepa
Twitter: @Enrio3000

¿Independencia de qué?
Si nos ponemos serios por un momento y lo pensamos un poco, tal vez nos daríamos cuenta de que México es un país aún muy joven. Con un pasado complejo y una historia que lucha por construirse día a día. ¿Independencia, Revolución, Democracia? Podrá parecer poco optimista, pero creo que estos conceptos todavía no se han consolidado de ninguna manera en la realidad mexicana. Como fenómenos concretos es claro que han tenido una existencia (la Independencia y la Revolución, la democracia no) patente, pero como verdaderas transformaciones sociales aún están muy lejos de tener un impacto en la ciudadanía en su conjunto.
México sigue siendo un país con carencias, con pobreza, con poca educación, con una sociedad de castas (realidad deleznable, por cierto), con diferencias económicas insultantes entre unos individuos y otros, con violencia y corrupción. ¿De qué sirve ser independientes si nuestra situación es deplorable? Respondo mi propio cuestionamiento: en realidad no es que sirva o no (la palabra es demasiado funcionalista), en realidad es que debemos hacer un uso adecuado de ella.

Celebramos que somos mexicanos, que no pertenecemos más al “Imperio” español, que nosotros ponemos nuestras propias reglas, que tenemos una identidad que nos hace ser nosotros y no otra cosa. Esa es la esencia del mexicano. Muy bien. Hay que celebrarlo, llenarnos la boca de orgullo y de un grito jubiloso de felicidad. Se vale. Incluso es necesario. Sin embargo, la realidad del país nos exige ir más allá del patrioterismo y el festejo efímero. La situación del país demanda compromiso y responsabilidad moral y ciudadana. El panorama de nuestro país es negro en cuanto a la política se refiere. Es imposible hablar de independencia sin hablar de estado y es imposible hablar de estado sin hacerlo también de política. Es ahí en donde debemos hacernos presentes. Estamos pasando por un trauma poselectoral, por un trago difícil de pasar. Podríamos pensar que no hay que celebrar nada, que el nihilismo es el camino más digno frente a esta ominosa situación. A pesar de ello creo que sí hay que celebrar: debemos celebrar que la sociedad civil está más interesada por lo que sucede a su alrededor, por aquello que acontece en la política y en la realidad inmediata. Debemos celebrar no solo que nos preocupamos por lo que pasa en el país, sino que nos ocupamos. Celebremos que después de mucho tiempo la sociedad mexicana está volviendo a ser crítica y propositiva, que está interesada no solo en el bienestar propio, sino en el bien del otro. Celebremos que queremos un país más justo, más igualitario, más noble, más real. Celebremos la independencia, pero también ejerzámosla. La historia del país se ha ido construyendo, tal vez el camino no ha sido el mejor. Tal vez este sea el momento de hacer los cambios necesarios para que la próxima historia que contemos de México sea mejor que la que nos contaron. En la organización, el compromiso y la responsabilidad podemos encontrar las vías para ello. Hagamos de la independencia no un evento aislado, sino una realidad conjunta. Gritemos sin miramientos: “Viva México”, sí, “Viva México… Sin PRI”.

3.  Paula Arizmendi Mar
Integrante del Colectivo Machincuepa
Twitter: @Parizmar

He ahí la cuestión.
Hace unos días un amigo me preguntó si celebraría el 15 de septiembre. Y la primera respuesta, sin pensarlo, fue: “Claro, qué pregunta”, una respuesta tan contundente y terminante que mi amigo no se animó a preguntarme por algo más, y optó mejor por irse. Temí haberme visto intolerante, y una vez que ese tipo de angustias entran ya no hay marcha atrás, comienzan a atropellar todas a la vez. El cuestionamiento se hizo más duro en solitario: Por qué celebras si México está tan mal, me decía mi voz interna --tan parecida a la voz de mi amigo--, no son estos tiempos de celebrar por nada, cuando un presidente  tan vacilante y seis años peligrosos e infernales se aproximan. Por qué celebras la Independencia, si México aún no es libre ni independiente, si depende de cualquier movimiento de su vecino país, si la pobreza ha aumentado aceleradamente en los últimos seis años, si los periodistas tienen miedo de ser decapitados a cada instante. Cómo se te ocurre festejar cualquier cosa de México, si estamos de luto, si llevamos más de setenta mil muertos en seis años, si tanta gente está enojada porque el país es un desastre, si los políticos son una porquería, si las instituciones no funcionan, si todo está patas arriba y no hay solución que se vea a la distancia, si... ¿Por qué celebras? ¿Cómo se te ocurre? Y la voz continuó hasta que ya no distinguía sus razones, solo las lacerantes quejas que quieren destruir cualquier amor a México.  

Entonces el silencio me sobrecogió. ¿Es verdad todo eso? Sí, me respondió mi voz. Sí, me insistió y no tendrías por qué celebrar nada. Tuve la fugaz tentación de decir que no valía la pena luchar más. Al fin y al cabo, ¿quién va a salvar a México? Y entonces, solo entonces, cuando pensé en todo lo que estaba mal, comprendí por qué había que celebrar. Celebraré, pensé, y luego dije en voz alta, celebraré porque a pesar de todo eso México sigue en pie. Porque lo que vale la pena de ese país, siempre, siempre, es su gente. Celebraré por los periodistas, que a pesar de estar amenazados de muerte, diariamente salen a trabajar y enfrentan su miedo de morir baleados en las calles o acuchillados en sus calles. Festejaré por los ciudadanos de a pie, que a pesar de los ires y venires de los más corruptos políticos, pagan sus impuestos y siguen cumpliendo las leyes. Celebraré a los mexicanos enojados, que cada día son más, y que se van uniendo a la sociedad civil participativa, cada vez más numerosa. Festejaré porque México, al fin y al cabo, es mucho más que un partido político, que durará seis años en el poder y luego se irá, y México no, México seguirá. Porque a este país le hacen los mandados los politiquillos de mierda, pensé.  Así que sí, le dije a ese amigo que ya se había ido, y que tanto se parecía a mi voz interna, celebraré. Y celebraré porque  ahora, más que nunca, justo cuando todo parece ir a peor, justo cuando es más iluso tenerla, tengo la esperanza de que México va a mejorar. Sé que México va a mejorar, porque estamos todos juntos en este mismo barco. Y por eso, todos juntos, celebramos por lo que es, y por lo que viene.  


4. Liliana Rivero.

Independencia. Es no depender de otro. Sin embargo, nuestra economía y política sigue dependiendo de las grandes potencias industriales. No por ello debe dejarse de luchar por esta hermosa nación para que algún día nuestra independencia sea real.

5. Albert Torras Corbella.

Independencia de México es igual a esperanza. Para mí, como catalán, la independencia de México frente a Castilla es el modelo a seguir para mi pueblo, que sucumbió también bajo el yugo castellano en 1714. Si a México le expoliaron oro y plata durante 300 años, a los catalanes llevan robándonos injustamente desde hace 300 años. Cada día 60 millones de euros en impuestos que llegan a Madrid y no regresan.
Por eso, para mí, la Independencia de México es la esperanza.

6. Luis Pedro Montejano.
Esperanzas de justicia y de igualdad. Es una posibilidad algo costosa para hacer bien las cosas. Para México significaba una esperanza de acabar con la desigualdad entre indígenas y criollos, sin embargo, esta desigual continúa. Si en aquella época se explotaba el oro, el campo y la gente entre otras cosas, ahora pasa algo similar sólo que con diferentes “nombres”. La desigualdad y las explotaciones de empresas poderosas aún siguen. Esto sonará muy desolador pero por lo mismo queda mucho por hacer, queda mucho por luchar. Sé que hay mucho cariño entre los mexicanos y debemos transformarlo en tratar de que este país sea más igualitario. VIVA MÉXICO!!

7. Andrés Hernández Valero.
Para mí la independencia es algo que no ha llegado al menos a la cultura mexicana. Independencia es dejar de depender de papá gobierno y que sean nuestros empleados y rindan cuentas cuando se logre eso habrá llegado la independencia.

8. Chapulín Artistas Pepe Moreno.

Lo que por desgracia prácticamente en ningún momento de su historia México ha tenido: NO-DEPENDENCIA.... Dependemos de los gringos, de los mercados, de los corruptos que detentan el poder y la hegemonía política y económica. ¿Cambiará algo con el NEO-PRI?..... ¡NO! Pues la única forma en que México sea INDEPENDIENTE en un continente y un mundo con lógicas interdependencias es el reforzamiento de la democracia y una refundación de las bases del Estado y de toda su estructura, empezando por una profunda reforma en el fondo y en la forma de la Constitución (Con sus lógicas diferencias pero, más o menos lo mismo que pasa en España, que necesita un cambio y una reforma profunda en la estructura del Estado y una verdadera refundación de la democracia incluida una total reforma de la Constitución, en el marco de la integración de la C. E. y de una Europa fuerte y solidaria)... Al fin y al cabo España y México, México y España "Madre e hijo/hijo y madre".www.mariachicocula.es

9. Antonio Huerta Preciado

En lo que a mí concierne, la Independencia es el eslabón irrompible para los Mexicanos. Hoy entiendo que la Independencia de Mèxico revive en cualquier comunidad que se reúne en cualquier país, en no avergonzarnos de donde venimos y saber que nos une la misma sangre. Y eso, eso es para mí es patria, la que te abraza cuando estás fuera de casa y la que te enorgullece al volver a tu tierra natal.

Hoy somos muchos jóvenes los que queremos la oportunidad de destacar en países del extranjero, y dentro de otros tiempos-espacios nos animamos cada vez que recordamos que México luchó por una independencia.  Ahora esperamos la próxima lucha, la de los Mexicanos contra la “monarquía”, contra ese cáncer sistemático de masas que solamente nos podrá afectar si le prestamos atención. Y que si no le prestamos atención hay oportunidad de sobrevivir más allá de los políticos que quieren dañar a la sociedad, porque somos personas que convivimos y trabajamos juntos.
Sinceramente, la independencia es el espíritu que se alimenta con Jaime Nunó y sus viajes auditivos acarician las emociones de los Mexicanos en el Extranjero.

P.D. La patria es un invento.


10. Yasmín González Aquino.

La independencia de México según el dictado de mi corazón; es la celebración de la victoria de la libertad, sobre la opresión y la esclavitud que tuvo como precio la vida de esos grandes héroes que nos legaron sus ideales como mexicanos. Sin dudarlo, lucharon con vehemencia y valentía hasta derramar su sangre sobre nuestra tierra devolviendo con ello a todos los mexicanos la fe de que luchando también se reencuentra la identidad y la esencia del ser. Pero, ¿qué me dicta la razón? que actualmente cada día se libra una lucha de independencia ante el poder, la injusticia y violencia. Sin embargo y a pesar de todo; en el fondo de mi corazón por amor a México, cada año celebro con el vestigio de la misma fe con la que hace 200 años se inició el movimiento de independencia, sin olvidar que la lucha continúa."

11. Yadira Leal.

La independencia de México se acerca más a un sueño oligarca que a la búsqueda colectiva de la autodeterminación. Un enfrentamiento entre el español ilustrado nacido en México y el español peninsular. Una lucha de poder entre españoles de diferente condición y por lo tanto de diferentes privilegios. Una gran masa oprimida a la que hay que movilizar. Nada nuevo aportaré yo a lo que ya se ha escrito innumerables veces, o incluso a uno de los aspectos más ambivalentes que parece ser una constante en la humanidad, y es que la historia de la humanidad es la historia de la ambición de un hombre. Un hombre que a efectos prácticos poco importa que fuese español, criollo, mestizo o indígena, liberal o conservador, militar u hombre de letras. Siempre ha sido la figura ante la que se han sometido las masas. El balance al día de hoy podría ser agridulce: un país de más de cien millones de habitantes cuyo destino es decidido por unos cuantos; un doloroso y paradójico índice de pobreza en un país rico en recursos naturales y humanos, donde la economía aún crece desafiando a los índices de la crisis mundial; los oprimidos de toda la vida que ni de independencia ni de revolución se han enterado y que seguramente heredan la pobreza a sus hijos, mientras más que nunca millones de mexicanos acceden estudios universitarios; los efectos secundarios de una supuesta guerra contra el narcotráfico, donde perseguidores y perseguidos se amalgaman frente a los ojos de los mayores consumidores... Una historia de claroscuros cuyos capítulos aún se escriben, donde la renovación de las utopías, como mecanismo crítico y propositivo, se hace quizás hoy más necesaria. La toma de conciencia que como individuos adquirimos nos pone en la obligación y el deber de actuar para el mejoramiento personal y colectivo. Qué diferente sería no sólo México sino el mundo si cada uno lo hiciéramos, aunque fuese un poquito.

12.  Karla Ivalisse Perales Herrera
        Es una oportunidad de reflexionar acerca de la lucha de nuestros antepasados, que permita que nuestra conciencia colectiva se reavive, así como el amor por la patria para seguir en pie de lucha,  porque la lucha del pasado, es la misma que la del presente, la que impulsó a hombres libres de pensamiento y llenos de ideales a generar movimientos de importancia política y social, usando la guerra como alternativa para generar libertad. Los problemas de la nación a nadie deben dejar indiferentes. 
Mexicano: No te hace libre el ir a gritar: "Viva México ca... Canijos". Somos responsables del país. 


Los invitamos a seguir reflexionando, y que nos escriban sus ideas y opiniones.  



martes, 4 de septiembre de 2012

¿Presente , pasado y futuro desolador?


Por: Mayra Flores
Integrante del Colectivo Machincuepa

Hace unos días quedé a tomar un té con mis amigas, todas jóvenes, provenientes de la generación de los ochentas. Una de ellas me comentaba lo triste y desilusionada que se sentía por tener un trabajo como en el que se encontraba: habiendo terminado una carrera universitaria y viajado por varias ciudades importantes del mundo, con iniciativa y ganas de poner en práctica todo lo aprendido durante toda su vida,  actualmente es empleada en una cafetería  los fines de semana,  de tres a cuatro horas,  con un sueldo mínimo. --Bueno, algo es algo, al menos tengo trabajo…-- expresaba ella con desaliento.

Lo peor es que no es la primera ni la última persona que le escucho decir esto. Incluso yo misma, que actualmente trabajo dos horas y media cuatro días a la semana , y que también he estudiado para poner en práctica lo aprendido, (al menos así me lo hicieron saber en la escuela) lo he comentado ya en varias ocasiones. Al escuchar a mi amiga  la comprendía  totalmente, ya que es una sensación de incertidumbre, una angustia por ese futuro desolador, e incluso un enorme aguijonazo de miedo.

¿Qué ha pasado, qué está pasando y qué pasará?

Ha pasado que a lo largo de la historia  ha habido guerras de todo tipo: de poder , territoriales, económicas, ideológicas, políticas y de toda clase. Entiendo que todos somos iguales, pero también a la vez pensamos de forma muy diferente. Está pasando que nuestro planeta esta enfermando con un cáncer que cada vez se agudiza más; y lo peor de todo, nosotros mismos lo hemos llevado a esto, y solo nosotros tenemos en nuestras manos la posibilidad de  ganar esta batalla.  

Pero la peor guerra que libramos está en nosotros mismos: si no tomamos los libros como armas, si no nos informamos correctamente, si continuamos con esta actitud de INDIFERENCIA TOTAL  seguirá cundiendo esta enfermedad cuyos mayores síntomas son la IGNORANCIA, VIOLENCIA, CORRUPCIÓN, EL EGOÍSMO, EL RACISMO, y muchos otros más, los cuales  hacen que esta enfermedad sea la más peligrosa y mortal para nuestro planeta. Esta  indiferencia de la cual hablo, especialmente en la política, no nos está llevando a nada bueno. Podemos hablar de política desde que nos levantamos por la mañana para ir a trabajar (si es que se tiene un empleo) y tocamos el suelo donde vivimos, el cual la mayoría de las veces es un suelo hipotecado por un banco, ¡porque eso es  POLÍTICA, SEÑORES!

Hoy fui a una manifestación, en apoyo a todos esos jóvenes que  están saliendo a defender sus derechos, y que han sido  reprimidos como hace más de cuatro décadas por el gobierno español. Mientras escuchaba gritos de protesta como: “!Partido Popular: partido policial!” , “¡Ningú, Ningú ens representa!”, “¡Educació, no Represió!”, me preguntaba a dónde nos dirigimos. ¿Son suficientes estas manifestaciones pacificas? ¿Volveremos  a tener un retroceso? O aún peor, ¿será necesaria la violencia para hacer ejercer nuestros derechos? Como ven, tengo  más preguntas que respuestas.

¿Qué pasara? Parece ser que el futuro es muy incierto y muy poco favorable. Vengo de un país en América, un país cuyo  vecino de arriba es uno de los países más  dañinos de la humanidad, y  es aliado a su vez de su gobierno. Mi país es México, país donde se sufre cotidianamente de  la guerra sangrienta e imparable del narcotráfico, donde existe una pobreza extrema que ya casi es invisible, donde también mueren más personas de hambre que por la misma guerra del narcotráfico, donde la corrupción es el pan de cada día, donde es reina y señora la inseguridad, y donde el desempleo es una dolorosa realidad, como en tantos países.

Cuando llegué a Cataluña, tuve la esperanza de vivir con mayor seguridad, en todos los sentidos. Cuál fue mi sorpresa al irme enterando de las muchas cosas negativas que desgraciadamente tenemos en común el “Tercer mundo” México (como así le llaman ) con  el “Primer mundo” España: en los dos, los jóvenes carecemos de educación gratuita, no tenemos derechos en nuestros empleos (¡si es que tenemos empleo!) ni esperanza de poder trabajar en lo que a nosotros nos agrade más y para lo cual estudiamos gran parte de nuestra vida, con  un futuro aún mas difícil que el de nuestros  abuelos y padres, empantanados en una enorme corrupción. Y lo peor del asunto es que la gente sale con enorme fervor a celebrar un campeonato de fútbol, mas no sale con ese mismo ánimo a defender sus propios derechos. Nuestro pasado, presente y futuro parecen ser desoladores.

Sin embargo, cuando mi amiga me contó su sentir, con una sonrisa la animé a  tirar para adelante. Y después no se lo conté, pero esa noche lo medité mucho, sobre cómo actuar y dejar de quejarme y no tener miedo, porque como alguien bien me lo dijo: el miedo no sirve de nada, solo te paraliza. Qué razón tenía.

Esta fue mi conclusión: Que está en uno mismo el poder cambiar al mundo. Pero si nosotros mismos no cambiamos esa actitud de egoísmo y comenzamos a acoger valores como la solidaridad, el compromiso, la responsabilidad, la empatía y, en suma, la capacidad para AYUDAR, no podremos hacer que los que están a nuestro alrededor se den cuenta de lo que está pasando, y vayan teniendo aunque sea pequeñísimos cambios en su vida. O bien, la posibilidad (mínima, pero existente) de plantearse las cosas desde otra perspectiva, y abrir un poco más los ojos para poder actuar. A eso también se le llama educación. Y de eso tan simple es de lo que hablamos todo el tiempo, de tratar de que todos vayamos transformando el mundo. Pero lo más simple es a la vez lo más difícil de realizar.

Leer más, informarse más sobre lo que realmente está pasando en el mundo, para que la historia que vivieron nuestros padres no se repita, eso es lo que debemos hacer: desde la práctica de la honestidad, la cultura del reciclaje y del cero despilfarro, el hacer deporte, el ser amable y responsable, aprender de los niños  y sonreír cada día, (por más horrible que éste sea),  todo ello nos llevará a crear una mejor atmósfera donde poco a poco se producirán ideas nuevas y sobre todo ÚTILES al ser humano, en vez de abusivas o destructivas.

No todo mundo está enterado de lo que se necesita. A ellos hay que hacérselo saber. Y para eso sirven nuestras protestas. Si no nos manifestamos de forma pacífica para que  todos sepan y reaccionen de una buena vez, nada pasará y todos seguirán igual, igual de indiferentes y pesimistas como hasta ahora. De nada sirve quejarse y quedarse solo con los brazos cruzados, es una obligación y a la vez un derecho. Educar y predicar con el ejemplo, hablar sobre política en los bares, escuelas, gimnasios, parques, hablar no solo de lo que está pasando, sino organizarnos ¡y dar SOLUCIONES!  ¡UNIRNOS! ¡Y LUCHAR por un mundo mejor para las generaciones que vienen, y por la nuestra propia! Esa es la respuesta a mis dudas.

Por todo esto, te invito a que te sumes  a grupos de participación ciudadana: seguramente hay grupos de reflexión y acción que requieren de tu ayuda, y seguramente mucho más de lo que puedan necesitar un televisor, un móvil  o un ordenador.

Pongamos nuestro grano de arena para que este futuro no sea tan desolador.

jueves, 16 de agosto de 2012

PEQUEÑAS MEDIDAS PARA TRANSFORMAR A MÉXICO


Paula Arizmendi
Integrante del colectivo Machincuepa
Twitter: @parizmar 

         El primero de julio ya pasó. Se acabaron las elecciones, y nos guste o no el resultado, nuestra participación en ese rubro ha terminado. Una gran mayoría de mexicanos creen que, con haber decidido un voto, sus obligaciones han acabado.  Que no es necesario seguir interesándose en la política, puesto que ya han votado y no tienen ninguna otra responsabilidad. Que su labor de ciudadanos ha concluido.

Pero se equivocan. Esto es solo el comienzo: ser ciudadano no es nada más votar un día y desentenderse de todo luego. Una nación no se construye solamente con los gobernantes: es necesario que todos juntos trabajemos en tal sentido. Seguramente has escuchado este discurso de que todos tenemos que tomar acciones por el bien de nuestra patria, pero esto es un poco ambiguo. Si eres como la mayoría de los mexicanos, seguramente trabajas, te esfuerzas, no te metes en problemas, y vives tu vida haciendo lo mejor posible desde tu ámbito de acción local.

Pero también quieres que México sea un mejor país. Y si haces solamente lo tuyo, no va a haber cambios significativos visibles. La verdadera transformación surge de una participación activa, de un involucramiento y un compromiso de todos los mexicanos. Esto significa, entonces, que hay que darle más a nuestro México, que hay que activar nuestro “chip” de ciudadano. 

¿Pero qué se puede hacer como ciudadano? Quizás creas que una sola persona no puede cambiar una sociedad, que es muy poquito su ámbito de acción, que te falta conocimiento y que no puedes dedicarte a lo que no sabes. Pensar eso es un error: si una pequeña parte de la población se pusiera las pilas y se dedicara a ejercer su ciudadanía consciente y comprometidamente, todo sería muy distinto. Imagina esto: somos 112 millones de mexicano en el país. Si solo un cinco por ciento de la población tomara estas medida, la situación podría llegar a ser muy distinta: ¿Te imaginas a miles quejándose de la recogida de basura, de la transparencia en las cuentas, proponiendo proyectos de cultura, creando nuevas asociaciones civiles? ¿Te imaginas a seis millones de personas luchando por un bienestar de todos? ¡Sería una fuerza formidable! México podría avanzar en muy pocos años, lo que nunca, hacia una nueva era de progreso e igualdad, con la fortaleza de los ciudadanos trabajando en un mismo sentido.

Es comprensible que te sientas frustrado porque el sistema es muy fuerte, o por la corrupción, la ineficacia y la injusticia que prima en México, y que se ve en todos lados. Quizás te preguntes, ¿Cómo comenzar a hacer cambios si todo está mal?, y desanimado te des por vencido. La buena  noticia es que, con un poco de tesón y creatividad se pueden hacer muchas cosas por México. Así, la primera medida es tener la intención de transformar a México desde tu ámbito local. Aquí te damos algunas sugerencias de todo lo que puedes hacer, y puedes ir agregando todas las que se te ocurran, para que tengamos un fondo común y entre todos pensemos qué significa ser ciudadano, qué podemos hacer realmente.

1. Manda una carta a un periódico sobre temas que te interesen, o algún artículo que te haya llamado la atención. ¿Alguna vez lo has hecho? Pues es una ventana para que se establezca un diálogo entre la gente “importante” y la opinión pública. Lo puedes hacer a la manera tradicional, por correo, o también lo puedes mandar por internet, más rápidamente.   
2. Crea un foro en internet para comenzar un diálogo entre ciudadanos. Seguro hay muchas ideas que no se te han ocurrido y que entre todos se puede dialogar. 
3. Piensa qué situaciones están no están funcionando en México. No necesariamente tiene que ser algo muy grande importante (puede ser algo que en tu barrio está mal organizado, un mal servicio en tu cuadra, una desavenencia entre tus vecinos). Después, escríbelas para organizar tu cabeza. Y si tienes algo de tiempo, discútela con familiares y amigos: eso te dará una mejor idea y fortalecerá el diálogo y las ganas de trabajar para México. Puede ser algo apasionante y enriquecedor, y quizás te des cuenta de factores que antes no tenías tan claros. Luego, 
4. Escribe un blog en el ciberespacio sobre lo que has pensado. De política, economía, sociedad, o desde la perspectiva de aquello de lo que sepas. Con un poco de constancia, muy pronto te encontrarás con un diálogo fructífero y mucha gente interesada.
5. Redactar una carta al presidente sobre algo que te preocupe. ¿Sabías que si le escribes una misiva al poder ejecutivo, por fuerza tienen que contestarte?
6. Informarte de quién es tu autoridad vecinal. Investigar sus planes de trabajo y su presupuesto. Y claro,
7. También puedes escribirle una carta o un correo electrónico en donde le platiques tus propuestas. Es probable que él o alguno de sus ayudantes te responda. Y si no, insístele: todos merecemos una respuesta. 
8. Crea reuniones en tu manzana para conocer a los vecinos, y platicar los problemas que existen. ¿Alguna vez se te había ocurrido?
9. Propón clases gratuitas de lo que sepas a la gente de tu calle, y de tu barrio. Seguro más de uno te lo agradecerá, y no te quitará mucho tiempo. La alegría de ayudar siempre será una recompensa más satisfactoria que cualquier dinero o  remuneración egoísta.
10. Infórmate de las organizaciones no gubernamentales que existen en tu colonia, y hacer unas cuantas horas de voluntariado. Hay muchas y todas podrían beneficiarse de un poquito de tu tiempo.
11. Pedir informes al IFAI. ¿Sabes que todo ciudadano puede pedir cuentas de cualquier cosa del gobierno? Si algo no te ha quedado claro o crees que las cuentas no cuadran, puedes hacer tu petición a dicho organismo. “La información solicitada puede ser sobre cualquier actividad que lleven a cabo las dependencias y entidades —minutas de reuniones, resultados de los proyectos y programas, entre muchos otros conceptos— o bien, sobre el desempeño de los servidores públicos —gastos que realizan, versión pública de sus agendas laborales, versión pública de su currículo, etc.”[1] 
12. Ahora puede grabarse o tomar fotografías con cualquier dispositivo. Si has visto o sido testigo de algún acto de corrupción o de delincuencia, no te quedes con la idea de que nadie hará nada. Graba, recauda evidencia, y después envíala a las autoridades (hay incluso líneas donde se pueden hacer denuncias anónimas). Si no confías en ellas, también puedes enviar tu evidencia a los periódicos o noticieros. Mientras la corrupción esté en lo “oscurito”, crecerá y se hará más fuerte. Solo desaparecerá si denunciamos y exponemos los actos de corrupción.
13. Se pueden enviar dudas, quejas y sugerencias a los gobiernos de los estados mexicanos. No te quedes con tus ideas o tus críticas, hazlas llegar a su página de internet. Quizás no funcione, o quizás sí te hagan caso: solo lo sabrás si tomas tú la iniciativa.
14. ¿Te has fijado que la corrupción se construye con pequeños actos? Cada vez que alguien da “mordida” a los policías por pasarse un alto, la corrupción se hace más fuerte. Si quieres que este cáncer se acabe, comienza dando el ejemplo: respeta el código de circulación, no cometas actos ilícitos, y sobre todo,
15. No te pienses como la excepción. Cuando tengas dudas sobre si hacer algo porque solo lo estás haciendo tú (como tirar una colilla o dejar que tu perro haga sus necesidades y no recogerlas) piensa en lo siguiente: ¿me gustaría que todos los mexicanos hicieran esto? Ahora respóndete: si todos los mexicanos dejaran que sus mascotas se hicieran en la calle, las banquetas serían un caos, el aire se contaminaría exponencialmente, y probablemente cundirían las enfermedades e intoxicaciones. Así que no, no te gustaría. Por lo tanto, abstente si te das cuenta de que está mal que todos lo hagan. Piensa que no solo eres tú, son muchísimos otros que creen lo mismo que tú.
16. Muy probablemente te has cansado de escuchar la misma canción ecológica de siempre. Pero sigue siendo igual de necesario: economiza la luz, repara fugas de agua, denuncia las fugas de la calle, recicla tu basura, no tires basura en la calle. Esas pequeñas cosas también hacen que el mundo vaya cambiando.
17. Involúcrate en la educación de tus hijos. La escuela enseña, pero a veces no lo hace de forma completa. Trata de complementar lo que vayan aprendiendo en la escuela, platica con ellos, infórmate si no sabes algún tema, y si puedes dales una ayudadita a los amigos de tus hijos. Involucrarse seriamente en lo que aprenden tus hijos también es parte de ser un ciudadano, porque les estás enseñando cómo serlo.
18. Hay muchas páginas de internet en las que puedes hacer peticiones y recabar firmas. Es una de las mejores maneras para que la sociedad civil se entere y gracias a sus firmas se remedien situaciones injustas. En Change.org, por ejemplo, puedes pedir ayuda a las personas para cualquier atentado a los derechos humanos.
19. También puedes hacerte miembro de alguna organización que defienda los derechos humanos. Siempre hay causas por las cuales luchar y que necesitan ayuda.
20. ¿Sabes que tú puedes ayudar a que las leyes cambien? Si tienes una idea sobre una ley, acércate a tu diputado local o senador: con un poco de suerte, puedes exponerle tus dudas, presentar un escrito, y colaborar en la legislación mexicana. Y si tu diputado no ha respondido como esperabas, también
21. Puedes entrarle a la vigilancia de tus gobernantes. Un ejemplo de ello es la iniciativa de “Sigue a tu diputado” (http://sigueatudiputado.com/), en donde te responsabilizas de vigilar a tu diputado y de revisar que esté haciendo correctamente su trabajo. ¿Te imaginas como sería México si diez mil personas vigilaran a los legisladores y gobernantes, y los expusieran a la luz pública? Seguramente los gobernantes serían más eficaces y se sentirían más responsables de lo que están haciendo. Hay muchas iniciativas en este sentido, infórmate y comprométete a vigilar, por el bien de México.
22. ¿Crees que hay situaciones injustas en México?  Estas situaciones  proliferan cuando nadie se entera. Pero hay muchas formas de denunciar  las injusticias: una de ellas es la manifestación pacífica. Gracias a las protestas de grupos ciudadanos, la gente se entera de lo que esconden los poderosos. Otra forma es el boicot ciudadano a productos o empresas, una forma muy útil de protesta (En otro artículo hablaremos de estos tipos de protesta). También puedes manifestarte creativamente, por medio del arte. Un ejemplo de esto son los performances, flash-mobs, instalaciones o escritos literarios. Quizás no seas un gran artista, pero si tienes alguna inquietud siempre hay grupos a los que puedes ayudar, para que la gente conozca lo que está sucediendo en su país.
23. A nuestro juicio, esta es la medida más importante: muchos de los ciudadanos no se sienten orgullosos de su país, y creen desanimados que no se puede hacer nada para resolver los problemas que nos aquejan. Por eso, prefieren a los otros países y a otras sociedades antes que la suya. A eso se le llama malinchismo Pero antes que nada México está constituido por lo que hacemos y por lo que somos, y hablar mal de México es hablar mal de nosotros. Por eso, nuestra última recomendación es que tomes conciencia  de lo grande que es México: interésate por su historia, por su geografía, por su inabarcable biodiversidad, por sus decenas de lenguas, de grupos étnicos, por su productos originarios, por todas las maravillas que tiene nuestro país y que quizás no hemos notado.
24. Y siéntete orgulloso de pertenecer a este país. Porque además de lo que es, México es grande por lo que puede llegar a ser. Y esto solo sucederá si quieres a México y te comprometes con él para cambiar lo que encuentras mal. Te garantizamos que si te llenas de este espíritu y lo compartes, los cambios no tardarán en llegar.
25. ¿Tienes más ideas? Compártelas con nosotros, solo así podremos construir una ciudadanía fuerte. Nos encantará escuchar tus sugerencias y comentarios.
            


[1] En http://www.ifai.org.mx/SolicitudInfo/SolicitudInfoPublica



lunes, 16 de julio de 2012

LA DESFACHATEZ POST ELECTORAL



Por: Omar Méndez C.
Integrante del Colectivo Machincuepa
Twitter: @Omarmca


        Han transcurrido quince días de las elecciones presidenciales, así que el motivo de escribir estas líneas es para expresar mi opinión de nuestro accidentado proceso electoral y de sus (des)afinados personajes. Debo aceptar que he percibido un  eco desencajado en muchos mexicanos que, como yo, sabemos que tuvimos elecciones impensables aunque muy predichas. El miércoles cuatro de Julio, el IFE hizo un recuento de los votos y comenzaron a finiquitar sus anticipadas conclusiones: Peña Nieto sería el nuevo (y bien peinado) presidente de México. Sin embargo, y contrario a lo que el presidente Calderón y el consejero electoral Leonardo Valdés Zurita dijeron, la percepción general de estas elecciones por nada irradia ejemplaridad o limpieza; al contrario, han sido aún más polémicas que el 2006 debido a factores varios: la apcetación del fracaso presidencial con incierta dignidad de la “demócrata” Josefina Vázquez Mota, un discurso triunfalista de EPN lleno de orgullo y confianza, las felicitaciones del presidente Calderón y del Instituto Federal Electoral (IFE), todo lo anterior con sólo el .04% de votos computados. Pero lo más lastimoso tanto del PRI como de nuestro sistema “democrático” se dejó ver días después. 



El dinosaurio reloadead

Muy pronto el Partido Revolucionario Institucional (PRI) quedó en evidencia por la compra de millones de votos. Al día siguiente de las elecciones, una gran cantidad de ciudadanos  se manifestaron y cerraron las calles en indignada protesta por no haber recibido el pago por la compra de su voto. Horas después se dio a conocer que el establecimiento Soriana de ciudad Neza estaba repleto de "simpatizantes" priistas que buscaban con urgencia hacer válida la tarjeta de regalo que se les había obsequiado a cambio de su voto, urgencia motivada por el temor a que dicho partido las cancelara. Este fenómeno, ahora conocido como el SORIANAGATE, hizo evidente el acarreo de personas a los actos públicos por el partido, y también dejó al descubierto las alianzas con los medios de comunicación y el acarreo de "Jóvenes Adultos Mayores", gracias a diarios de gran prestigio y de la prensa internacional. Pronto se supo que el PRI nuevamente había excedido el gasto de campaña: también se hizo público que compró votos, amenazó y golpeó activistas y ciudadanos, se alió con redes de narcotraficantes, y realizó todo lo que estaba en sus manos para ganar, ello ante un Instituto Federal Electoral (IFE) incapaz de sancionarlo, y un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) débil e impotente ante la mirada encolerizada de ciudadanos buscando justicia y verdadera democracia.




Una ilegibilidad más

La tecnología y las redes sociales hicieron llegar a miles de ciudadanos fotografías de las sábanas electorales comparadas con el registro del PREP, donde había actas "ilegibles" con perfecta legibilidad, votos excediendo hasta en un 350% la capacidad de la casilla, miles de urnas quemadas, votos no contabilizados, casillas que cerraron temprano por supuesta falta de boletas, las cuales aparecieron anuladas después, y más de dos mil irregularidades varias, señaladas y demandadas tales como "mapacheo electoral", "halconaje infantil", entre otras.
De nueva cuenta, el IFE se ve inmerso en sospechosismo. Frente a esto, ciudadanos y partidos políticos exigen que se respeten las elecciones y los resultados. Pero bien vale la pena recordar que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el programa de tercer grado descalificó al Instituto Federal Electoral, y manifestó su desconfianza en las instituciones. Esto fue ampliamente criticado, hasta que dos días después aparecieron actas con folio duplicado en algunos estados de la república. Es posible que se trate de un error humano, pero un error costoso para la credibilidad de muchos mexicanos que ven al IFE como un apéndice del sistema político prianista, donde la gran farsa electoral es en realidad un gran tráfico de influencias y arreglos partidistas.


¿Me estás oyendo, inútil?

Mucho ha sido cuestionado el PAN por negar el "voto útil" a AMLO, e inclusive han sido señalados como culpables de la derrota. Es un hecho que su negativa a apoyar al candidato de “izquierda” (contrario a lo sucedido en el 2000, cuando Fox recibió gran apoyo de votantes perredistas) a sabiendas de la nula posibilidad de triunfo de JVM fue algo que minó la estadística electoral, pero la derrota también está enmarcada por otras situaciones menos telenovelescas. La elección de AMLO sobre Marcelo Ebrard marcó una pauta preferencial y revivió fantasmas de hace seis años: era más fácil una guerra sucia contra AMLO que contra Ebrard. Del mismo modo, la efervescencia con la que los seguidores pejistas defendía a su candidato hizo pensar que la intolerancia e intransigencia sería una bandera clara en el mandato presidencial obradorista. No obstante, parece poco factible defender de otra manera  a alguien quien ya ha sido dos veces burlado y humillado por procesos “democráticos”: como bien dijo López  Obrador, él no representaba a un partido, sino a un movimiento. Es de llamar la atención también los efusivos festejos y las burlas de panistas en las redes sociales tras la derrota de López Obrador, y la poca preocupación hacía su propio partido, que se encuentra en plena debacle, sucesos que han afianzado más la percepción que tanto PRI como PAN persiguen los mismos intereses.


Mercado de abasto

Sin ser aún presidente, Enrique Peña Nieto ya es repudiado, negado y deslegitimizado. De llegar a ser mandatario, contará con un historial caricaturesco que posicionará a México en la ridiculez y la amnesia. Aquí un pequeño recuento de los vastos  conocimientos populares que se tienen sobre él: ¿No nos bastó con que su padrino sea Montiel? ¿No nos bastó que sea amigo de Rodrigo Medina, Ulises Ruiz y Mario Marín? ¿No nos bastó su relación con Codwell y Yarrington? ¿No nos bastó su nula capacidad de improvisación discursiva y su limitada cultura general? ¿No nos bastó que no supiera citar tres libros al presentar un supuesto libro de su autoría en la feria internacional del libro? ¿No nos bastó que haya violado derechos humanos en Atenco? ¿No nos bastó que no supiéramos su gabinete? ¿No nos bastó que “The guardian” le hiciera honor a su nombre y nos diera muestras para noquear al candidato? ¿No nos bastó que sea del PRI? 

¿No nos bastó para anticipar que sería el rey del cochinero electoral?


Cáscara de plátano

La palabra “fraude” se relaciona tajantemente con las elecciones 2006. Es por eso que en esta ocasión AMLO, dentro de su concepción amorosa, ha marginado dicho concepto y ha actuado, desde la legalidad, por la impugnación de las elecciones, presentando muestras y evidencias de las miles de irregularidades. En aquel 2006 López Obrador fue la burla de muchos ciudadanos al invocar una y otra vez el fraude, y fue señalado por panistas de no aceptar la legalidad. Sin embargo, son los mismos panistas quienes también han olvidado a aquel Maquío del 1988, declarando fraude en las elecciones donde triunfó Salinas de Gortari, aquel Maquio que proclamó un gabinete alternativo y “legítimo”. Han pasado muchos años, y hoy no es López Obrador quien se apropia de la palabra fraude: somos miles de mexicanos los que creemos que las irregularidades son suficientes para dar marcha atrás las elecciones, impugnarlas y declararlas fraude. Somos miles de mexicanos que estamos hartos del monopolio político del país, y que creemos que en este momento crítico de la historia de nuestra nación no podemos permitir otra “cogida” más.


Se levantó y anduvo

El movimiento #YoSoy132 ha sido la punta de lanza de la resurrección estudiantil, nacido en un contexto de debate y diálogo con el candidato del PRI. Ante la poca respuesta y cinismo de Enrique Peña Nieto al responder a cuestionamientos incisivos, el movimiento surgió para motivar a millones de jóvenes y no tan jóvenes a salir a las calles, a manifestarse, a exigir que los medios de comunicación trabajarán con imparcialidad y ética, y a luchar por una democracia justa en México. Ha sido criticado como movimiento, aduciendo que apoya a un candidato y partido, y que persigue fines políticos, críticas realizadas desde el PRIAN, que no han surtido efecto, principalmente debido a la claridad con la que se presenta el movimiento 132. Mas no sólo valdría resaltar la génesis del movimiento ni lo que ha logrado como tal: ha motivado tantas cosas en tantos mexicanos, como por ejemplo que en el extranjero haya más de 5 movimientos #YoSoy132, Barcelona, Madrid, Berlín, etcétera. En México, los estudiantes vieron en aquellos colegas de la universidad Iberoamericana un ejemplo a seguir, se formaron frentes universitarios, movimientos juveniles, se llevaron a cabo asambleas, se logró  una lucha concientizada, con ideales, hay ganas de que en México los estudiantes valgan, se recordó con emoción los tristes acontecimientos de estudiantes en el pasado, los jóvenes se reconocían el uno con el otro, se contagió el deseo de un mejor México y es algo que #YoSoy132 nos hizo recordar.



El claroscuro

La moneda está en el aire. En el recuento voto por voto, López Obrador perdió una elección más; trampa por trampa, el PRI ganó de nuevo, tras doce años de estar alejado del poder. Pero queda claro que no se aceptará una imposición. La democracia se está construyendo, hay precaución, no será fácil, los ciudadanos movilizando, las redes sociales están politizadas y sinuosas. La lucha ya se inició, los niños observan lo que los jóvenes y adultos manifiestan. Bravo, México, porque ya no estás callado, Bravo, México, porque no queremos imponer a un candidato sino a la democracia y la legalidad, Bravo, México, porque somos muchos, Bravo, México, porque te nos saliste de las fronteras. Bravo, mexicanos, por que la lucha es de todos y no de unos cuantos, y ahora lo sabemos.